Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


No tan deprisa

05/03/2022

Como dice el título de la serie de Larry David, a lo mejor ha llegado el momento de frenar nuestro entusiasmo. Las manifestaciones de Moscú y San Petersburgo contra Putin retratan a una minoría muy movilizada, a una elite cultural e intelectual occidentalizada. Pero no creo que sean el reflejo social de un país en el que el sátrapa sigue teniendo enormes niveles de popularidad, superiores a los de prácticamente cualquier líder democrático ahora mismo.
Las sanciones económicas son muy muy duras y van a afectar a prácticamente cualquier persona que viva en la Federación Rusa. A los oligarcas, sí, pero también a los conductores de autobuses, a los campesinos, a los profesores y a los dentistas. Millones de rusos van a tener muchos problemas para llegar a fin de mes y el estilo de vida de la clase media se va a precipitar por un barranco de la noche a la mañana.
Cuando un país sufre sanciones o represalias de un enemigo externo es complicado saber cuál puede ser la reacción de sus habitantes. En una primera fase, suele funcionar al revés de lo esperado, cohesionando a la población alrededor de su gobierno, por muy dictatorial que este sea. Ha ocurrido en Irán, ha ocurrido históricamente en Cuba, ha ocurrido en Venezuela y ha ocurrido en Corea del Norte. Lo difícil es encontrar excepciones a la regla, aunque no se descarta que la de Rusia lo sea por la conexión cultural entre ambos países.
Y luego está la posibilidad, cada vez más cercana, de que el país más grande del mundo acabe en brazos del país más poblado del planeta. Que Rusia se incruste en la esfera china, algo que puede generar tensiones en Moscú, pero que va a ocurrir de una u otra manera si no hay alternativas. No creo que haya caminos mejores que el que está tomando la Unión Europea. Pero sería prudente frenar el entusiasmo porque la partida va a ser larga y muy dura.