Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Leña al rico hasta que se extinga…

30/09/2022

Creo que así se cumpliría el sueño de una buena parte de la sociedad española. España se convertiría en un pueblo pobre de trabajadores honrados, igualitario y hasta con perspectiva de género. Sin embargo nuestro pobre gobierno tendría un grave problema y es que, muerto, desenterrado y vuelto a enterrar Franco y sin ricos ¿con qué temas va a hacer demagogia? Por lo tanto dudo mucho que el gobierno consienta ni propicie que se acaben los ricos, se le acabaría su gallina de los huevos de oro para las urnas.
La cutre, ridícula y perniciosa utilización de lo que llaman los ricos, demonizándolos como si fueran unos parásitos chupasangre por parte de demagogos para saciar a envidiosos, indocumentados e inútiles, está haciendo un tremendo daño a la economía y a la sociedad española. Porque en lugar de animar, alabar y ayudar a la creación de riqueza nos dedicamos a denostarla hasta casi criminalizarla, con lo que se crea una absurda mentalidad que nos empobrece económica y culturalmente.
Me gustaría que por un día España amaneciera sin ninguno de los forjadores de nuestras grandes empresas y que repartieran las acciones representativas de sus patrimonios de forma igualitaria y así viéramos realmente lo que ocurriría. Obviamente la acciones perderían su valor convirtiéndose en papel mojado y comenzarían las carencias de todos los tipos hasta reinventar las colas del hambre que produjo el comunismo.
Estamos viendo que, por ejemplo nuestros hospitales cada vez tienen más dificultades para reponer en las plantillas a los médicos, enfermeros y demás titulados del sector que dejan su puesto por jubilación. Nuestros profesionales son tan egoístas que se van a trabajar fuera solo porque los pagan mejor… no se conforman con que sus ingresos, después de una carrera ya larga y una formación aún más larga y sacrificada, sean muy parecidos a quienes no se han complicado tanto la vida y han aprendido lo justo para desempeñar trabajos sencillos y sin responsabilidad… así son de acaparadores.
Parece mentira que la humanidad o una buena parte de ella no se haya dado cuenta aún que son las personas que se esfuerzan, que luchan por superarse, que trabajan denodadamente, las que permiten avanzar a las sociedades. Parece mentira que nos neguemos a ver lo que la realidad nos pone delante de nuestros ojos a cada momento. ¿Quiénes sino las farmacéuticas, sobre todo estadounidenses, nos han puesto a salvo de la famosa pandemia? ¿Nos creemos que a semejantes logros se llega con un cursillo de fin de semana? Pues todo eso requiere un estudio, un trabajo y unos medios de los que solo disponen 'los ricos'. ¿A qué viene entonces esa inquina contra ellos?
Pero incluso desde la perspectiva egoísta, a los españoles, que nos gustan tanto las subvenciones, ¿quién va a sostener los presupuestos para que podamos seguir poniendo la mano?
Sin embargo la reacción que está habiendo con las famosas subidas o bajadas de impuestos nos hace mantener la esperanza. Muchos, incluso del grupo de los que blanden el látigo teatralmente contra 'los ricos' delante de la chusma, se niegan ya a seguir ese juego. Significa que ven a la sociedad española demasiado madura como para ganar elecciones quemando presos en la plaza pública. Quizá empiecen a mantener públicamente lo que siempre han sabido y han sostenido en privado.