El Consejo de Ministros aprobó en su reunión de ayer, a instancias del Ministerio del Interior, dar luz verde a la declaración de emergencia para la contratación de las obras necesarias para subsanar «graves daños estructurales» en el acuartelamiento de la Guardia Civil de Toledo.
La actuación en concreto va destinada a los bloques 1 y 3 del cuartel de la Benemérita en el barrio de Palomarejos, cuyos pilares se encuentran en una situación que hace peligrar la estructura de ambas edificaciones.
La Tribuna ya denunció esta situación hace dos meses, a comienzos del pasado diciembre, con imágenes en las que se mostraba el interior de uno de sus bloques completamente apuntalados.
Obras para arreglar graves daños en el cuartel de ToledoSe trataba en concreto de oficinas de la Comandancia, en donde los agentes se ven obligados a trabajar entre puntales con el consiguiente peligro para su integridad.
El acuerdo alcanzado ayer en Consejo de Ministros libera así una partida de 1.529.682 euros para cometer esos trabajos de consolidación por la vía de urgencia.
Estos trabajos son completamente independientes del proyecto de construcción de un nuevo cuartel de la Guardia Civil en la ciudad, una reclamación histórica que desde el Gobierno central y el Ayuntamiento de Toledo confían en tener resuelta en la próxima legislatura.
La cuestión es que el actual edificio de la Comandancia no da más de sí. Cuenta con casi sesenta años de vida y las condiciones del cuartel, sumadas al aumento de necesidades en materia de seguridad ciudadana en la provincia, ha dejado la instalación bastante obsoleta.
Los daños que van a arreglarse de forma inmediata por valor de 1,5 millones de euros afectan a los bloques de oficinas, pero la situación se repite en mayor o menor intensidad en el resto del acuartelamiento.
Los pabellones donde viven los guardias con sus familias también tienen bastantes deficiencias, y no se adaptan a las dimensiones y condiciones que se tienen actualmente por una vivienda digna.
La construcción de un nuevo cuartel lleva dos décadas encima de la mesa, y aunque la financiación para su construcción está aprobada en los presupuestos del Ministerio del Interior de una macro-partida nacional para la actualización de casas-cuartel y comisarías, lo cierto es que de momento no ha podido iniciarse. La primera ubicación que se planteó, en Vega Baja, estaba plagada de restos arqueológicos, y por eso el proyecto fue trasladado a La Peraleda, en donde deberá comprobarse que no existan restos tras consumarse la permuta de la parcela desde el Ayuntamiento al Ministerio.