La memoria de actividad anual de la Fiscalía de Toledo arroja un buen reguero de datos sobre la actividad delictiva y los asuntos judiciales, pero también plasma otras cifras en letras más pequeñas sobre las necesidades y las mejoras que debería atender el Ministerio de Justicia para que la Fiscalía funcione con más agilidad.
No es nuevo hablar de déficit de plantilla, compuesta por 24 fiscales más un sustituto de refuerzo y así lo comentó en octubre de 2018 el fiscal jefe, Antonio Huélamo, durante la toma de posesión de su cargo, pero la administración todavía no ha movido ficha y se ve obligado de nuevo a dejar claro que la plantilla «es claramente insuficiente» y no comprende ni comparte que en otras provincias con similar población a la de Toledo haya más fiscales. De momento, «estamos por debajo de la ratio de fiscales», así que vuelve a solicitar un incremento de, al menos, cinco fiscales, uno para cada sección territorial -Ocaña y Talavera- y otros tres para la Fiscalía provincial.
Huélamo no se queda ahí porque la mejor manera de explicar las carencias es intentar ilustrarlas con detalle. Asegura que los tres fiscales que atienden la sección de Ocaña tienen que atender los juzgados de Ocaña, de Illescas y todos los expedientes de asuntos derivados de la vigilancia penitenciaria, relativos a los centros penitenciarios de Cuenca, de Ocaña I y II. «Y únicamente tres para seis juzgados y el resto de asuntos es una carga difícilmente soportable». Además, insiste en que en Talavera ocurre algo parecido y cuatro fiscales se hacen cargo de seis juzgados, más uno de lo Penal y otro de lo Social, y en la Fiscalía provincial el volumen de trabajo «está por encima» de los medios personales disponibles, con lo que el problema «es acuciante».
Huélamo da a entender que las peticiones son muy necesarias y considera que el Ministerio de Justicia debería estudiar la posibilidad de habilitar una sección territorial de Fiscalía más para Illescas, ya que se trata de un partido judicial con una importante actividad delictiva y judicial desde hace años.
Por otra parte, el fiscal jefe también ve urgente el aumento de la plantilla de funcionarios para paliar «el déficit» y sobrellevar tanta carga de trabajo derivada de la propia actividad judicial y del expediente judicial «que les obliga a realizar un «exhaustivo trabajo de ordenar y discriminar», con lo que un aumento sería muy beneficioso, sobre todo, si incluye un funcionario más para apoyar a las dos tramitadoras actuales para el juzgado de Menores, una jurisdicción que también está notando el incremento de la actividad delictiva, ya que este año se va a cerrar con 500 expedientes de reforma.
especialidades. La entrada de Huélamo como fiscal jefe ha dejado también algunas medidas que ayudan a mejorar la tarea de los fiscales. La Fiscalía se articula en una larga lista de especialidades -violencia de género, cooperación internacional -ahí la actividad está creciendo mucho- Urbanismo y Medio Ambiente, delitos informáticos, entre otras-, pero a la lista se suma ahora también la especialidd de delitos económicos, una sección con un fiscal delegado y dos más adscritos que despachan todos los asuntos del ámbito económico, incluido el blanqueo de capitales. Además, la plantilla cuenta con un fiscal especializado en delitos contra la salud pública «porque en Toledo se están detectando los alijos de droga de mayor cantidad de todo el territorio nacional».