El sueño de verano de Villarejo de Montalbán

J.M.
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El tercer municipio con menos habitantes de la provincia logra construir la deseada piscina. «Soy una hormiguita», afirma el alcalde, quien ha tardado cuatro años en concluir el proyecto

El sueño de verano de Villarejo de Montalbán

Los políticos más ambiciosos marean en cada comparecencia con cifras millonarias y un alarde sobre la repercusión extraordinaria de sus decisiones. Pero entre tanto gigante, figuran también representantes como Salvador Aguilar, el alcalde de Villarejo de Montalbán. «Soy una hormiguita», presume sin rastro de vanidad el regidor casi octogenario del tercer municipio menos poblado de la provincia, con unos 70 vecinos.

Y como una hormiguita ha logrado construir la piscina municipal, un proyecto de cuatro años de esfuerzo levantado en pleno centro del pueblo. Porque Salvador quería que el lugar de peregrinación de los veranos estuviera en el cogollo del núcleo urbano. Y lo logró. Echó el ojo a una huerta en venta y allí se yergue ya el complejo de ocio y deportivo.

El Ayuntamiento de Villarejo de Montalbán publicó el miércoles en el Boletín Oficial de la Provincia la ordenanza fiscal reguladora de la tasa por la utilización de la piscina municipal. La tarifa figura sorprendentemente para la temporada 2022 porque el puñado de vecinos de este pueblo jareño se relamía ya el verano pasado. Pero la Consejería de Industria demoró el permiso definitivo. Y otra espera de un año para desesperación de las familias, que se hicieron un cisco.

«Ya lo hemos conseguido. Se va a terminar en febrero», afirma henchido Salvador, quien espera que uno de sus últimos servicios al pueblo (no se presentará a las próximas elecciones municipales) atraiga cada verano a las familias arraigadas a la localidad.

Este pequeño pueblo encierra un hermoso paraje a orillas del río Cedena, sobre el que se levanta un puente antiguo muy cerca de las viviendas. Villarejo de Montalbán aparece en el mapa sin pueblos cercanos en su flanco este, pero rodeado en el otro costado por Santa Ana de Pusa, San Martín de Pusa y Los Navalmorales.

el derecho de un pueblo sin nada. «La piscina va a quedar bonita. Villarejo tenía derecho a su piscina. Éramos el único municipio de toda la zona sin piscina», apunta el alcalde, quien menciona de rondón la ausencia de transporte público en la localidad. «No tenemos casi nada», afirma sobre las carencias de servicios, como publicó  recientemente este diario.

El Ayuntamiento aprobó la ordenanza fiscal de la piscina el 22 de julio de 2022 con un precio de tres euros para los adultos, dos para los niños y 40 euros para el bono de 30 años. Los jubilados como Salvador pagan la mitad. También hay entradas mensuales y para toda la temporada de baño. Porque este pueblo oirá el próximo verano el arrastre de chanclas, la música pachanguera y las risotadas de sus vecinos.