La revolución de ser «normal»

Mario Gómez
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Ana Iris Simón se ha hecho un importante hueco entre los lectores con 'Feria', una obra que narra su vida desde el costumbrismo que emana de un pueblo de La Mancha y una familia

Simón se ha convertido en un fenómeno literario tras la publicación de su primera obra ‘Feria’. - Foto: L.T.

Ana Iris Simón es «made in La Mancha». El carácter afable y llano de esta periodista sorprende entre tantas distancias abismales en la sociedad. Alegre, jovial, cercana, y de vocabulario sencillo, saltó al foco mediático, cuando ya había escrito su primera novela por unas declaraciones que ponían en el candelero «lo que todos hablan en la barra del bar», tal y como declara a La Tribuna.

Quizá por eso alzó la voz en tono clarificador, como limpio es un campo de cereal o contundente como el regusto de un buen vino manchego.

El discurso de Ana Iris Simón (Campo de Criptana, junio de 1991) se hizo viral con un argumentario en el que la periodista y escritora, daba visibilidad a la situación de los jóvenes en pleno siglo XXI. Un mensaje que podría parecer de añoranza, pero en el que Simón ponía de relieve las dificultades para desarrollarse y ser independientes dentro de una sociedad que parece avanzar hacia adelante y lo que realmente logra es una huida hacia detrás.

El hecho se producía cuando, tras publicar su primer libro 'Feria', fue invitada a La Moncloa en un acto enmarcado en el programa Reto Demográfico del documento España 2050 contra la despoblación. Con 28 años, ponía cara, nombre, apellidos y sobre todo voz a la situación de la sociedad española, reconociendo que «no tengo coche y no tengo hipoteca y si no los tengo es porque no puedo», además de recalcar que el tipo de contrato que poseía era «temporal». Un discurso que puso a la manchega en un lugar tan ecuánime que recibió alabanzas y críticas tanto a su izquierda como a la derecha.

Todo ello, quizá continúa la línea cosechada con 'Feria', su gran éxito editorial hasta el momento. Una obra a la derecha de los que abogan más por lo comunitario y a la izquierda de los que tienen un pensamiento más tradicionalista. Simón habla desde la «normalidad» de la familia, de los vínculos, de las andanzas, de la risa, del amor, de las relaciones familiares, a la vez que enmaraña y desmadeja una serie de recuerdos y vivencias, que crean un puzzle que nunca se sabe si se trata de nostalgia o reivindicación comparativa, pero que deja claro que «cada vez todos somos más iguales».

Encontramos por tanto una voz que se alza frente a las clases, sobre las miradas diferenciadoras, sobre la precariedad, sobre la humildad de muchas personas que sufren en sacar adelante en su día a día, y de como la educación impuesta por parte de los padres, puede ser revertida, simplemente con las inquietudes infantiles.

Con la justificación de conocer su proceso creativo del que asegura «no tener método», deleitó ayer en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, dentro del ciclo de conferencias 'De la creación a la librería' organizado por la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte, y que sirvió para conocer más la figura de la manchega.

Una forma de creación literaria que humildemente afirma que «deja a gente indiferente», ya que el revuelo sobre su obra hay quienes ven desmesurado, a pesar de que son miles las personas que ha cautivado su obra.

Reveló que «un libro empieza a gestarse cuando ni el propio autor lo sabe» y que en su caso, las experiencias vitales vividas durante el tiempo de escritura marcaron el desarrollo de la obra. Sabedora de que también se ha politizado su obra, y reconoce que ha recibido halagos de todo el espectro político; aunque sobre cómo escribir, «no se atreve a dar consejos», pero afirma seguir escribiendo como siempre «como si lo hiciera para que la leyese su abuelo».