Entretenido festival taurino en Recas

Mario Gómez / RECAS
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Una tarde fría fue el aliño para un festejo en el que se lidiaron animales de José Luis Pereda, nobles, y donde se descorchó el 2023 taurino en la provincia

Téllez paseó un apéndice de su animal. - Foto: M.G.G

Curro Díaz sorteó en primer lugar un animal que le permitió gustarse con el capote pero que se descafeinó tras el paso por el caballo. Pareció algo descoordinado y sin fuerzas ante lo que la muleta del de Linares no pudo hacer otra cosa que administrar gusto y dejar algún que otro detalle y paseó una oreja.

El Fandi lidió en segundo lugar un potable animal de José Luis Pereda al que aprovechó al máximo con el capote y al que formó un alboroto en banderillas. Hizo las delicias del público ante un animal que derrochó nobleza y que permitió una extensa faena en la que disfrutar y hacer disfrutar al público, cosechando dos orejas y rabo.

David de Miranda mostró un torero asentado y vertical. El onubense derrochó temple y suavidad variado con el capote y despacioso con la muleta. Destacó un inicio por estatuarios ante un animal que exprimió al máximo antes de llegar a la suerte suprema, donde todo quedó emborronado y paseó un trofeo.

Angel Téllez sorteó un animal poco franco, que no terminó de definirse y ante el que el moracho se estiró por momentos con el capote. En la muleta puso todo de su parte y dejó pasajes buenos a pesar de ser volteado de aparatosa manera. Lo mejor sin duda fue la gran estocada que puso un trofeo en su mano.

Sensacional momento el de Francisco de Manuel que aprovechó a su oponente. Un animal de JL Pereda que le permitió dejar dos grandes lances en el saludo y hundirse sobre los riñones para correr las manos con mucho gusto. Torero solvente que refrendó lo atisbado el pasado año y el momento que atraviesa. Una soberbia estocada le puso en su mano un trofeo, que debieron ser dos.

Jorge Molina cerró el festejo ante un animal algo brutito pero que le permitió estar agusto sobre todo con la muleta. La pañosa le ofreció más confianza que el percal, y el torrijeño quiso llevarlo siempre lejos y con mano baja. Anduvo despejado por ambas manos un novillero que en poco más de tres meses hará el paseíllo en San Isidro. Resultó volteado y con el estoque, no anduvo acertado y todo quedó en oreja.

 

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