Si atendemos a la parte más cretina del ser humano, uno de los placeres más extraños es el de fijarse en los que trabajan mientras uno está de vacaciones. El 'cretino máximo', además, mira con superioridad e incluso piensa «¡qué pringados!». Es una imagen que podría aplicarse a lo que hicieron equipos como el Real Madrid o el Manchester City esta semana, incapaces de ganar a los rivales más asequibles de sus respectivos grupos porque, sencillamente, estaban empleando sus servicios mínimos. . 
Cuando escuchamos eso de «sorteo benévolo para el Madrid» o «el City tuvo suerte» significa que, siendo un 'gigante', te puedes permitir tropiezos 'tontorrones', sesteando en la hamaca, tomándote una piña colada y empatando (o incluso perdiendo para destrozar pronósticos) mientras otros de tu condición se pegan con rivales infinitamente más fuertes, sufren heridas de guerra y no pueden descansar ni un solo instante. «Pringados» al borde de la eliminación: quedará una Europa League brutal si Barça, 'Atleti' o Juventus confirman sus fiascos, se les unen Ajax o Sevilla… y los que ya están por ahí: United, Roma, Arsenal, Betis, Real Sociedad, Lazio, PSV, Unión Berlín, etcétera. 
Dicen los más puristas que la suerte no entrena, no juega, no mete goles. Pero sí actúa en los sorteos: un par de oponentes complejos o un mal cruce y estás fuera mucho antes de lo que esperas. O tres adversarios flojos y puedes dedicarte a la 'dolce far niente' durante seis jornadas que acabarás en octavos de final por inercia: no es casual que ambos equipos (Madrid y City) lograsen su billete para la segunda fase disputando su peor encuentro en lo que va de Champions. Y es que incluso 'de mínimos' siguen siendo superiores y hacen valer la lógica… que en esta primera fase se trata de eso.