Fedeto aboga por un mercado laboral «inteligente y flexible»

L.T.
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Madruga dice que no sedan las condiciones legales para subir el salario mínimo y achaca la medida al «buenismo ideológico»

Fedeto aboga por un mercado laboral «inteligente y flexible» - Foto: Yolanda Lancha

Manuel Madruga, secretario general de Fedeto, achaca la propuesta de subida del salario mínimo a un «buenismo ideológico que lleva a hacer cosas para las que no estamos preparados» y cree que la medida va contra el el estatuto del trabajador en el que se piden cuatro condiciones para subir y ahora solo se cumple la del IPC (también para las empresas): la mayor productividad no se da; la participación del trabajo en la renta nacional no se ha incrementado; y la coyuntura económica no es favorable. Además afecta a la cotización de los autónomos.

Madruga aboga por dejar de pensar en contrarreformas y hacer una reforma laboral sin recortes de derechos, basada en un mercado laboral inteligente, flexible, donde las empresas se puedan adaptar al momento, se pueda acudir a la inmigración ordenada seleccionando en origen según la demanda: para agricultura o industria ya se ha hecho, venían con el contrato y se incrementaron las afiliaciones.

El secretario general de Fedeto lamenta que «hay un componente muy ideológico en todas las decisiones» de los políticos, que la deuda pública es desproporcionada y el empleo público sube de forma exagerada, a lo que se suma una incertidumbre por la que se deja de invertir y se paralizan las empresas.

Como solución apuesta por incrementar el empleo creando un marco laboral adecuado en el que las empresas no estén acogotadas permanentemente ya que el efecto es en cadena debido a que todos los sectores son interdependientes.

Madruga ve con preocupación la cadena de embates que sufren las empresas en este momento todavía de crisis: la subida de precios de la electricidad, pandemia, inflación, salario mínimo, pensiones... «Cada problema se retroalimenta con el siguiente» y para darles solución «hay que programar a medio y largo plazo» medidas que «a lo mejor no son populares», empezando por reducir el gasto público y aplicar políticas que favorezca la contratación y, por tanto, el empleo, afirma.

Sobre el precio de la electricidad recuerda que a las empresas les afecta mucho más que a un particular e incide en que la factura se encarece por conceptos que no dependen del consumo como los impuestos (21,38%) y los peajes (40%).

Subraya que es «otro mazazo» cuando las empresas empiezan a salir de la pandemia y advierte que en sectores tractores como el industrial la horquilla de incremento de costes oscila del 17 al 21% y que en el caso de un autónomo se duplica.

Como consecuencia «las relaciones laborales pueden verse afectadas» porque una empresa va a producir en las horas de menor coste y será complicado que todo el mundo se adapte a los turnos.

Además encarece los derechos de emisión de CO2 y la oferta no va mejorar ya que en verano no hay viento y para la fotovoltaica viene el otoño.

El resultado es que si crece la demanda suben las materias primas y se entra en un «embudo muy complicado» donde la inflación que ahora ronda el 3,1% puede llegar a 3,8% al fin de año, se resienten las exportaciones porque China retiene los contenedores y se encarecen mientras los carburantes siguen subiendo.

A estos «efectos brutales» se añade que España aumenta su endeudamiento y en la negociación colectiva que viene los sindicatos piden subidas de más del 3%. Para Madruga es «inconcebible» y recalca que con esa espiral de problemas «las empresas son las más perjudicadas en todos los niveles» y se les lastra la competitividad.

También espera que se rectifique revalorizar las pensiones en función del IPC ya que produce 3.200 millones al año de sobre coste. Señala que hay 35 provincias con menos de dos afiliados por pensionista

y esta reforma de las pensiones no avanza en sostenibilidad del sistema sino que lo pone en riesgo, en especial en un periodo inflacionista (donde se anuncia que hasta marzo o abril seguirán los incrementos en electricidad). Por otro lado entiende que derivar el déficit de 22.000 millones de las pensiones a los PGE solo cambia de sitio el problema pero no lo soluciona mientras haya menos afiliados y más pensionistas (y se acerca 2026 que será el boom).

Al mismo tiempo De Guindos habla de restringir la política monetaria (de forma paulatina) y vendrá una posible subida de tipos de interés que será orto factor «perverso para el empleo».