Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


«Con una puta metralleta»

03/02/2022

Cada jueves, querido lectores, intento ofrecer una síntesis de lo que me ha indignado, sorprendido o escandalizado en los sietes días precedentes. Oficio de periodista, tal vez. O un ejemplo de que mi capacidad de asombro aún se desborda. En eso debe consistir sentirse viva. Hoy quiero referirme a un espectáculo que me ha llevado a reflexionar sobre la radicalidad que vive nuestro país, la politización de un evento frívolo y lo fácil que resulta conducir a las masas en la dirección que marcan unos cuantos mediocres. Una rebelión manipulada en toda regla.
 «Mujer sexualizada. Vergüenza le tendría que dar ser una tía y cantar esa letra de zorra.  Mujer prototípica, letra basura. Choniel. La Beyonceta. Me voy a presentar en Italia con una puta metralleta a ver quien es diva eurovisita ahora puta chanel de los huevos. Si Chanel tendría un accidente y no pudiera ir tal vez vayan ellas. No quiero dar pistas». Estas expresiones, con faltas de ortografía incluidas, son algunas de las 'ilustraron' las redes tras resultar elegida para representar a España en Eurovisión la cantante Chanel. Ese odio intolerable, ese ciberacoso que obligó a la artista en cuestión a cerrar su cuenta de Twitter, vino motivado porque no ganó la canción de Rigoberta que habla de una teta, o de varias, un 'himno feminista', según la ministra de la tarta, Irene Montero, ni tampoco se llevó el gato al agua el tema de unas gallegas inclusivas, así se califican, con una bonita composición regional. Ahí no quedó la cosa, que Podemos, uno de los partidos que controla RTVE, ente organizador del evento, decidió acudir al Congreso para preguntar qué pasó en las votaciones. Muchos españoles temblaban de odio, repulsa e indignación en ese momento. Los más sensatos, apelaban al humor.
Mientras, otros, más raros, asistíamos estupefactos a este derroche de insatisfacción, a esta movilización que no se ha producido por cuestiones cotidianas como las subidas de los precios de la luz, el gas, la gasolina o el maltrato a los mayores, no solo de los bancos, sino, lo que es más sangrante, por parte de una panda de incompetentes que juegan a ser sátrapas y los encierran en residencias. ¿Dónde está Podemos para denunciar este atentado a los derechos humanos? En esto que llegó el sindicato CCOO, sí, existe, a pedir cuentas de lo que ocurrió en Benidorm en esa extraña gala que dejó a tantos compatriotas descontentos y mostrando que la salud mental es un área que ha de potenciar con premura la sanidad pública, antes de que ocurra una desgracia que rubrique el deterioro de las mentes de algunos. Luego también el PP aprovechó para meter su pulla en el asunto. Espero que se pronuncien sobre los mayores encarcelados por Page.
Acabo este esperpéntico episodio, el de Eurovisión, con un recuerdo: un diputado socialista por Toledo, el talaverano José Miguel Camacho, ya hizo una pregunta en 2017 al Congreso en relación al proceso de selección del representante de nuestro país, o más bien del ente público, en Eurovisión, que culminó con la elección de Manel Navarro, el mismo que después nos deleitó con un gallo espantoso durante su actuación en el mítico festival. Qué nostalgia de Mocedades, Betty Missiego, Karina o Raphael. E incluso de Remedios Amaya, que quedó la última con su barca, pero a bordo de la dignidad.