El 4-0 sobre el Espanyol le dio oficialidad a lo que todos daban por hecho desde hacía varias semanas:el Real Madrid se proclamó campeón de LaLiga 21/22 con tanta justicia como ventaja, con un alarde de regularidad y administración de la ventaja mientras el resto (con el Barça a la cabeza) lo mismo te hacía un 0-4 en el Bernabéu que encajaba un 0-1 en casa ante el Cádiz. El Real Madrid puede sestear, planificar, preparar o lo que quiera en las cuatro jornadas que le restan al campeonato. Se lo ha ganado sobradamente. Será juez y parte en una competición en la que lo único que hay decidido es el título, que no es poca cosa, y en la que todavía queda mucho (todo lo demás) por esclarecerse.

Europa

Con el 'pinchazo' del Betis ante el Getafe, el fin de semana se saldó con candidatos europeos tirados por el suelo. Frustración, cansancio o malas vibraciones:sea lo que sea, ni el Atlético (inoperante un partido más, esta vez ante un Athletic que ganó por 2-0 con un tanto en propia puerta y un penalti), ni Sevilla (incapaz de meterle mano al Cádiz, sumando el 13º empate del curso en ese 'vértigo' a la victoria que padece), ni Real Sociedad (embutido en su drama con el gol en Vallecas) ni Villarreal (con el cuerpo y la mente en el Liverpool, perdiendo donde pocos pierden:Vitoria) ganaron sus partidos. Solo el Barça, y con el habitual sufrimiento y canguelo en cuanto recibe un tanto, parece tener ganas de ser subcampeón.  

Permanencia

Conforme algunas aficiones van festejando su permanencia en la élite con notable euforia (o resignación torera:había más expectativas a comienzos de curso), a otras les toca esperar. Seis equipos, sacando ya a Espanyol y Elche de la ecuación, para tres plazas. Las sensaciones, fundamentales a estas alturas del curso, apuntan a que Cádiz, Mallorca y Getafe están mucho más enteros que los tres que ocupan los puestos de descenso. Pero quedan 12 puntos y todo puede pasar cuando te juegas la vida.