Francisco César García Magán, obispo auxiliar de Toledo y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, repasaba ayer la actualidad de la Iglesia católica en Nueva Economía Forum. Su intervención comenzó con «tristeza y dolor por las víctimas» de Algeciras y una oración por el asesinado.

García Magán subrayaba la disponibilidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado para detener al agresor. Tras su «condena más absoluta por el uso de la violencia» afirmaba que adquiere gravedad especial justificándola en nombre de dios porque «es tomar el nombre de Dios en vano». En todo caso, opina que la motivación religiosa no debe llevar a «demonizar a colectivos en general» y recuerda que en España hay experiencia de ese peligro, y pone el terrorismo vasco como ejemplo, por lo que llama a «no caer en demagogias» y dejar que las autoridades hagan su trabajo. Por su parte, como cristianos anima a mantener la convivencia.

César García reflexionaba sobre qué representa un obispo en este foro y concluye que la Iglesia es una realidad que vive en la sociedad, en la historia. La Iglesia «está y es» en el mundo, en cada momento y espacio sintiendo lo mismo que el resto de ciudadanos y llevando el mensaje del Evangelio que es la buena nueva para todos.

Preguntado por el aborto explicaba que el mensaje de la Iglesia es la defensa de la vida porque toda vida tiene una dignidad y debe ser respetada y protegida, ya sea en el seno de la madre o en una patera, como debe ser defendida y protegida la madre, más aquellas que no tiene para comer o vivir (reclama una reflexión sobre que una mujer no vea otra salida).

La ciencia demuestra que hay vida en el seno de la madre y «la esencia no es cuestión de centímetros sino de ser, intocable e inviolable». García Magán llamaba a «despolitizar, no hacer banderías», y confía que con el tiempo habrá una maduración de conciencia social igual que ha ocurrido con la violencia en las familias, la esclavitud o la pena de muerte.

A cerca de los casos de abusos a menores lo califica de «lacra» y lamenta que la Iglesia se haya «contagiado de este virus» que «no puede permitirse ni repetirse». Insta a distinguir a los delincuentes del colectivo y sobre la auditoria externa encargada por la Conferencia Episcopal espera el informe para primavera pero no sabe el contenido porque sus autores «trabajan en absoluta libertad».Respecto a la reparación a las víctimas han aprobado un protocolo de prevención y un espacio de justicia reparativa, no solo dinero, también escucha de los obispos y acatar las sentencias.

Sobre los medios de comunicación y el grupo Abside donde el accionista mayoritario es la Conferencia Episcopal afirmaba que el trabajo es profesional y en libertad porque no se llama a decir de qué tiene que hablar, «aunque sea difícil de creer en ámbitos que se trabaja al dictado». Da por hecho la integración de 'Ecclesia' ante la crisis de los medios de papel para garantizar su carácter digital.

Sobre el celibato y la crisis de vocaciones señalaba que la actividad religiosa no solo depende de curas y obispos sino que «los bautizados tienen responsabilidad». El sacerdocio de las mujeres está excluido pero ve necesidad de incrementar el papel de la mujer en la Iglesia.

No le consta que el papa Francisco esté enfadado con la Conferencia Episcopal y en sentido inverso recuerda a los eclesiásticos que fue Jesucristo el que dijo 'eres Pedro y sobre esta piedra  edificare mi Iglesia', por lo tanto «no hay Iglesia de Jesucristo al margen del papa», intentarlo «sería otra cosa, arena movediza». Los obispos están en comunión sustancial con el sucesor de Pedro y «lo contrario es delito de cisma».

«Ser homosexual no es ni delito ni pecado»

 El obispo auxiliar de Toledo afirmaba también que ser homosexual «no es ni un delito ni un pecado», en respuesta a las palabras del papa Francisco en una entrevista en la que aseguraba que si bien la homosexualidad no es un delito, sí supone un pecado.

Durante su intervención en un desayuno informativo y preguntado por estas palabras del pontífice, García Magán defendía que estas declaraciones aluden al catecismo de la Iglesia católica que habla de la tendencia sexual de una persona por una parte, y por otra del «ejercicio» o «realización» de esa sexualidad, que no sólo afecta a las personas homosexuales, sino también a los heterosexuales.

«A todos nos rigen unas normas», señalaba el secretario general de la CEE. «Desde el punto de vista de la moral católica también hay aspectos en una relación heterosexual que pueden no estar de acuerdo con la moral católica», subrayaba.

Por tanto, García Magán, que también es obispo auxiliar de Toledo, concluía: «Ser homosexual no es delito ni es pecado».

En cuanto a las relaciones con el Gobierno, ha reconocido que no se ha reunido todavía con ningún ministro del Ejecutivo, pero que las negociaciones sobre los temas que afectan a al Iglesia «están llegando a buen término».