Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Reanudar sin arriesgar

17/01/2023

Cuando la nueva líder de Ciudadanos, Paula Guasch, comunicó al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por ese orden, una mala noticia, que los principios de su partido ¨ni se venden ni se compran parecía dar a entender que Ciudadanos trataba de recuperar una imagen de lo que pudo ser y no fue, un partido bisagra capaz de pactar a derecha e izquierda para regenerar la vida política y acabar con las etapas de gobiernos que llevaban mucho tiempo dominados por los mismos partidos. Fue un espejismo porque al día siguiente de concluido el congreso de refundación de Ciudadanos, Paula Guasch ya advirtió que era imposible que llegará a algún tipo de acuerdo con Pedro Sánchez de tal forma que lo que era una mala noticia para ambos líderes de los dos grandes partidos lo fue sólo para el PSOE.

Pero también había dicho que uno de los errores cometidos por la formación que ahora dirige ha sido la de mantener como socio preferente al PP. O sea, que Ciudadanos sigue como estaba, sin querer pactar con el PSOE, y lamentando haberlo hecho con el PP que se lo ha merendado, con Inés Arrimadas que se va sin irse por cuanto seguirá como la portavoz parlamentaria del partido, con Edmundo Bal a la espera de destino, y con una alta probabilidad de que las próximas encuestas sigan previendo unos resultados electorales que les coloquen al borde de la irrelevancia. Al menos Guasp ha tenido la inteligencia y la deferencia de integrar a miembros de la lista de Bal en el consejo federal para pacificar las relaciones entre las dos listas que compitieron en las primarias, evitar problemas en el seno del grupo parlamentario, y no dar una imagen de fraccionamiento.

Si en otro momento un congreso de Ciudadanos habría desatado la máxima atención en el resto de partidos nacionales, en esta ocasión todos saben a qué atenerse. Quizá el PSOE pueda recuperar una mínima parte de sus votantes que se fueron al partido liberal si el PP no resuelve bien sus tensiones entre moderación y radicalismo de derechas próximo a Vox. Por el contrario, el trasvase de votos de CS al PP es un hecho certificado, que no necesita de campañas burdas de fichajes ni de trasvase de cuadros locales y autonómicos de los que los populares andan sobrados.

Las próximas elecciones de mayo son la prueba del algodón para Ciudadanos, para ver cuál es su grado de representación y si consigue el porcentaje de votos necesarios para sentarse en los escaños de algún parlamento autonómicos o en los ayuntamientos, y en caso de lograrlos cuál es su política de alianzas, aunque su nueva dirigente ha dejado abierto ese capîtulo.

El partido naranja ha pretendido cerrar la crisis abierta tras su debacle andaluza -cero escaños- sin cambiar de programa y sin que los dirigentes causantes hayan desaparecido de la escena. Arrimadas mantiene un puesto relevante y Bal puede presentarse a las primarias para la candidatura a presidencia del gobierno. Todo un poco gatopardiano.