Toledo reluce en Tokio 2020: cinco medallas y una abanderada

Á. de la Paz
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El deporte de la provincia brilla en la cita olímpica con una cosecha de éxitos desconocida en ediciones anteriores de los Juegos. Los triunfos apuntan al favor de la movilidad y a una combinación de talento individual y longevidad en la élite

Toledo reluce en Tokio 2020: cinco medallas, una abanderada - Foto: Lavandeira Jr. / EFE

El final de los Juegos Olímpicos culmina dos semanas de triunfo para el deporte toledano. La provincia, terreno yermo de grandes estrellas mediáticas y carente de clubes de relieve en las especialidades deportivas más seguidas, cierra su participación en Tokio con cinco medallas, dos de ellas de oro. El sobresaliente papel de los atletas locales galardonados en la competición olímpica encuentra algunos puntos en común sobre sus protagonistas: sus talentos les han permitido acumular palmarés y años en la cima de sus respectivos deportes, mientras su condición de punteros les alejaba de los límites provinciales.

Los cinco metales cosechados por atletas de la provincia o vinculados a ella apuntan a un amplio abanico de disciplinas, que combinan especialidades profesionalizadas con otras que perviven en una suerte de amateurismo con remuneraciones puntuales. El tirador Alberto Fernández (1983) nació en Madrid, pero reside en Illescas desde hace 15 años. La geografía toledana atraviesa la biografía del campeón olímpico en trap mixto: vive en la capital de la Sagra mientras sus ancestros se reparten entre Belvís de la Jara y Sonseca. En una entrevista en 2012, señalaba el límite de su pasión. «El tiro no da para vivir», contaba en La Razón. La presea de más valor corona una extensa trayectoria colmada de victorias en mundiales y europeos. Entrena, mientras la dirige, en su propia escuela, Las Acacias, en el municipio madrileño de San Martín de la Vega.

La talaverana Sandra Sánchez (1981) se hizo con la máxima distinción de la categoría de katas en la primera edición en que el kárate era olímpico. El título, previsible a tenor de su posición en el ranking mundial, se suma a un historial pleno de primeros puestos en torneos continentales e internacionales. Su hegemonía, la que le ubica en la cúspide histórica del kata femenino, se extiende en el último lustro. Reside en Madrid y entrena, desde hace siete años, en el Centro de Alto Rendimiento de la capital española. Sánchez ha sido elegida por el Comité Olímpico Español como abanderada en la ceremonia de clausura. La distinción tiene mucho de reivindicativo: el kárate no será olímpico en París 2024.

Las tres medallas obtenidas en deportes de equipo certifican la distancia de la provincia con determinadas prácticas deportivas, especialmente con las colectivas. Tanto el waterpolo como el balonmano tienen sus núcleos competitivos lejos de Toledo. Pili Peña nació en Madrid (1986), aunque sus raíces familiares se encuentran en Navalcán. La carrera de Peña ha tenido a los clubes de Cataluña como epicentro: primero Sabadell, más tarde Sant Andreu, ahora Terrasa. Integrante de la mejor generación del waterpolo femenino español, la plata de Tokio 2020 abrocha una trayectoria plagada de glorias.

El caso de los jugadores de balonmano también ahonda en la emigración forzosa por razones deportivas. El capitalino Gonzalo Pérez de Vargas (1991), un producto de la cantera del local Amibal Toledo, defiende desde hace años la portería del FC Barcelona, actual campeón continental. El guardameta acumula premios individuales y está considerado como uno de los más decisivos del planeta en su demarcación. Por su parte, Jorge Maqueda (1988), natural de Quero, en la Mancha toledana, se formó en la vecina localidad de Villafranca de los Caballeros. Desde la Chela inició un periplo que le ha llevado, previo paso por la liga doméstica, a equipos de Francia, Macedonia y Hungría.

Además, el deporte de la provincia puede presumir de los diplomas olímpicos del piragüista talaverano Paco Cubelos y del marchador de origen navalqueño Diego García, ambos sextos en sus pruebas.

La radiografía de los triunfo toledanos en Japón evidencia la existencia de talentos, la importancia de la formación de base y la escasez de oportunidades para el desarrollo de una carrera en el primer nivel próxima al punto de partida. El descomunal éxito olímpico ratifica la importancia que tiene la red del deporte base en la provincia, con sus centenares de pequeños clubes locales, y devuelve la inversión realizada en las últimas décadas en la construcción y renovación de infraestructuras.