Se le ha reprochado al CD Toledo que ha empatado poco. A estas alturas de la película, el 0-0 cosechado frente al Recreativo Granada suena a desbarre, salvo machada por venir. Se jugó con criterio, se atacó con intención, pero no siempre el fútbol te da goles. Por octubre o noviembre, estos encuentros se perdía, el problema es que ahora, o se ganan, o el objetivo se aleja.

Tres minutos y medio tardó el conjunto toledano en buscar por primera vez a Cédric. Dieguito dejó sentado a un rival por el lado derecho y puso el balón franco para su compañero, a quien se le echaron encima varios rivales. Pero había que analizar que Javi Sánchez no había dispuesto a sus jugadores como parecía, con Andriu en la mediapunta, sino que optó por una línea de tres centrales y carrileros que permitió ocupar los espacios interiores a todos los hombres de ataque.

De inicio, le dio el balón el Recreativo Granada al Toledo. O se lo quitó. Da igual, el caso es que las entradas por banda se sucedieron con cuentagotas. El control estaba en casa, pero de eso no se vive, y no se salva uno. El filial nazarí le intentó restar protagonismo a los de verde. No lo consiguió. Sin embargo, esa posesión no se tradujo en ocasiones claras camino del minuto 20. El balón parado se convirtió en el arma más peligrosa. Quién lo iba a decir meses atrás. En un saque de esquina, Andriu la tuvo delante de la línea de gol, pero el balón se marchó fuera.

Posible penalti cometido sobre Cédric en la primera parte - Foto: Laura PérezLas gente se había levantado definitivamente. Aunque en menor número que en jornadas precedentes, acudió al estadio a dejarse la garganta. Las cuerdas vocales se tuvieron que ejercitar más de la cuenta con un agarróndentro del área de Sergio Barcia a Cédric que todo el mundo interpretó como penalti. Menos Albaladejo García. El que manda.

El enfado quedó aparcado con la mejor ocasión hasta el momento, en el minuto 28. Arturo despejó hacia adelante para evitar el peligro. Un balón que, aparentemente, parecía inofensivo pero que se envenenó con la carrera de Iván Cédric. El portero salió de su corral para sacarlo con la cabeza y Migue García, desde lejos, la colocó con su pierna izquierda. No fue gol porque Sergio Barcia la sacó bajo palos.

Mientras tanto, el Recreativo Granada no era capaz de hilvanar tres o cuatro pases, y así, era difícil inquietar a Roberto y a su defensa. Se acercó poco a poco el descanso con el encuentro completamente volcado hacia la portería de Ángel, aunque sin llave para abrirlo. Era buena opción también la de Jesús Cambil al espacio. Su disparo, eso sí, salió demasiado alto.

Salió el sol en la segunda parte, pero sin metáforas de por medio, porque el control ahora lo tuvo el Recreativo Granada. El equipo de Roberto Torrecilla dio un paso adelante y se empezaron a escuchar de veces en cuando esos chillidos leves de peligro por los acercamientos del contrario. El CD Toledo había bajado de marcha, y no estaba resuelto el marcador. Es más, estaba más cerca ahora el 0-1 que el 1-0. Camarda no llegó por centímetros a un centro desde la derecha, con Roberto prácticamente batido.

El miedo se estaba apoderando definitivamente de los aficionados. Como de la noche al día, el encuentro cambió de dominador, y el CD Toledo solo pudo quitarse los agobios con despejes hacia su delantero, Iván Cédric. A la espera de las primeras permutas.

En torno al minuto 61, la tendencia empezó a girar de lado, al menos en cuanto a oportunidad. La cerrazón de Cédric por conseguir un balón dentro del área estuvo cerca de aprovechar Herrera, llegando desde atrás, pero aparecieron varios rojiblancos para evitar el tanto. Al filial andaluz le llegó un contratiempo importante con la expulsión de Camarda, por un encontronazo bastante feo con Jesús Cambil.

Pero ya se sabe lo que ha pasado otra veces en superioridad, que el CD Toledo no ha terminado de exprimir sus ventajas. Restaban todavía más de veinte minutos. La primera ocasión la generó el propio Granada, en una falta lateral que Youness, en su intento de despejar, estuvo muy cerca de introducir en su propia portería.

Javi Sánchez metió a su primer jugador de refresco, Pepe Carmona, para regresar a la línea de cuatro en defensa. Había que arriesgar. Un punto no sirve de mucho a estas alturas.

A los verdes les entró la ansiedad. Verse con uno más y en la recta final del partido les provocó precipitación a la hora de llegar a la portería. Enfrente, el Recre Granada estaba a gusto. Para el equipo visitante, un punto en el Salto del Caballo sí es buen botín. Se reclamó una mano dentro del área y se mantuvo la tónica desde la esquina: poca chicha. El equipo verde estaba cercando al contrario, con la sensación de darse contra un muro constantemente. Todo sea dicho.

Rodri y Alberto entraron en los últimos cinco minutos ara ofrecer sus cualidades. Pero el encuentro estaba bastante atascado, y sin fórmula para que fluyera el juego. Con centros desesperados, algún que otro lanzamiento al menos se forzó. Sin embargo, quedan once jornadas y este empate sabe a derrota. Por la necesidad, por lograrlo en casa y por estar el rival con diez.