Además de proporcionar a su consola grandes superproducciones Sony tiene estudios que se encargan de desarrollos más modestos, como Pixelopus (Entwined), que acaba de lanzar su segundo juego, Concrete Genie, que combina puzles, plataformas y sigilo con un importante componente artístico y el acoso entre chavales de fondo.
Ash es un adolescente lleno de creatividad que vive en Denska, una ciudad ahora oscura y deshabitada pero que antaño fue un floreciente puerto. A la tristeza que le rodea hay que añadir que lo acosa una pandilla de chavales que rompen los dibujos que Ash realiza. Pero un día descubre un pincel mágico con el que puede ir recuperando la luz y el color para la ciudad a base de pintar sus calles. Dicho pincel se controla con el DualShock de la consola y el estudio ha conseguido que sea realmente fácil y satisfactorio ir decorando los edificios de Denska, ya que se utilizan motivos predefinidos (árboles, mariposas, nieve…) y el jugador lo que decide es el tamaño que tendrán y las veces que se repetirán, y el resultado queda casi siempre atractivo y agradable. Para encontrar nuevos diseños hay que ir avanzando por distintas zonas de la ciudad y recuperar los bocetos del cuaderno de Ash.
Pero lo que realmente da sentido al juego es que Ash también puede pintar genios que cobran vida y le van ayudando en su tarea de colorear la ciudad sin que le descubran los matoncillos. Estos seres dibujados tienen distintas habilidades, manejan entre otros, el fuego o la electricidad en función de su color y van interactuando con el resto de dibujos o incluso con el mismo Ash, aunque nunca pueden salirse de la pared. Los genios se dibujan con los patrones de partes que Ash va encontrando; según el diseño que elija el jugador y el tamaño que le dé, cambiará el carácter de la criatura, así que es divertido ir cambiándolas porque los modificaciones se notan al momento.
Cuando Ash pinta una pared se iluminan las bombillas que hay en ella, de forma que el pequeño debe ir dibujando en cada área de la ciudad para devolverle la luz, pero en ocasiones debe ser sigiloso para que no le descubra la pandilla que lo acosa. Si lo hacen, le quitarán el pincel. La forma que tiene Pixelopus de abordar el problema del acoso juvenil es original y tiene intención educativa, ya que no solo se muestra cómo atacan a Ash sin que haya ni siquiera diálogo previo, sino que también explica las razones del comportamiento de los abusones e incluso les da la posibilidad de redimirse de sus actos, por lo que transmite un mensaje positivo.
Además de las secciones de puzles hay otras de plataformeo, e incluso combates con pincel.
El estudio ha incluido una experiencia de realidad virtual para PSVR, aunque la ha separado del resto del juego. Consta de dos partes; en la primera, Mancha y el lienzo de cristal, los dibujos que el jugador cree cobran vida dejando unos bellos lienzos, y en la segunda, Pintura Libre, se deja al jugador decorar el escenario como desee.
Incluso quienes no tengan ni idea de dibujar disfrutarán del juego y se sorprenderán de lo bonitas que quedan las paredes que decoren; el estudio ha sabido implementar con gran acierto las mecánicas. Concrete Genie es un juego que alegra la vista, hace sentir al jugador su creatividad y deja el corazón caliente.