Dirijo por tercer año consecutivo un curso de verano de la Universidad Complutense en San Lorenzo del Escorial. Lo había hecho a finales del siglo pasado, en su momento de esplendor, y lo que ahora está sucediendo me ha animado a seguir haciéndolo. Lo primero, no mentiré, por interés, que no es en absoluto monetario, pagan fatal, sino por los encuentros con gentes de mucha mayor enjundia y nivel que yo. Dejando, por supuesto, aparte a la plaga política, mayormente del Podemos que, a través de Ministerio de Irene Montero, me niego a decir de 'Igualdad', se 'compra', ahora se llama patrocinio cinco o seis para convertir el aula en un plató y soltar el mitin desde allí. A ellos sí que les da igual el número de matrículas ni que lleguen a diez.
A nosotros sí. El curso de Escritores con la Historia, Juan Eslava Galán, Manuel Pimentel, Isabel San Sebastián, Santiago Posteguillo, Jesús Sánchez Adalid, Almudena de Arteaga, José Ángel Mañas, Enrique Baquedano, Emilio Lara y un servidor fueron el más nutrido pasando de las 70 matriculas. Y fue impactante también ver el Aula Magna llena cuando se hizo en abierto a todos los otros cursos para escuchar a Posteguillo y Eslava superando los dos centenares de asistentes. Probó que historia y literatura importan, atraen y apasionan.
Pero no quería hablar de ello sino proponer algo para nuestra región. Cursos de Verano tenemos, pero por que no volver al viejo espíritu como está volviendo la UCM. Es muy sencillo. Fuera sectarismo, fuera ideología como listo, fuera vetos y juntar a quienes desde este sitio o el otro, de la ciencia a la pintura, desde la novela a las nanopartículas hacemos parón y reactivación. Esto es, nos ponemos a hablar dejando al lado y como supimos hacer las líneas vetatoria de este no viene y esta otra tiene que venir o la primera esta y este antes me muero yo.
Hay gente, hay ganas y es necesidad que lo hagamos, que nos juntemos, que discutamos sin ira, que dialoguemos sin imposición. Lo pongo por escrito, en un repentón. Lo hago porque anoche, en un corro, de muchos sitios, desde ideas muy diferentes, desde posiciones en contradicción, fue muy hermoso hablar escritores con químicos, matemáticos con historiadores y una pintora abstracta con un vinatero de garnacha. Y no nos pusimos de acuerdo, pero todos nos sentimos muy bien de haber conversado, intercambiado sin poner por delante el 'ismo' ese de separación.
Estamos intentando hacer del eje Sigüenza-Atienza un patrimonio de la Humanidad. Porque para ayudar en el intento no pensamos en que allí se podía hacer un lugar, un verano de estos, de encuentro histórico, sin derecho a vetar a nadie ni por nadie, de los mejores autores e historiadores. Y digo Sigüenza por no decir Calatrava, que bien pudiera ser.
Va a vuela pluma. Es una proposición y la hago pública desde aquí. 'Escritores con la Historia', donde está la cincuentena de los más notables autores del género se compromete a participar. Hay alguna ciudad o villa de las muchas cargadas de historia que se atreve a recoger el guante? Ojalá que sí.