No hay migas tranquilas. En la vuelta a la normalidad de una tradición con ambiente festivo, se enturbió con un conflicto cerca de las 20:00 horas del sábado. Cuando cayó el atardecer y los consumidores buscaban adentrarse en el interior de los locales, en el Katanga se produjo una pelea con varios jóvenes involucrados.

Mientras el local mantenía lista de espera para acceder a su interior por aforo lleno, la seguridad interna del establecimiento se vio obligada a desalojar a algunos de los implicados en el conflicto. Sin embargo, los desalojados solo pertenecían a uno de los bandos. El otro permaneció en el interior para evitar problemas mayores.

Entre los desalojados se encontraba un varón herido por varios cortes en el rostro y con la camiseta rota. Según relatan varios testigos, en la pelea «volaron vasos de cristal» en lo que supuestamente eran intentos de agresiones entre unos y otros implicados.

Ya en el exterior del local, los jóvenes que fueron desalojados intentaron volver a acceder, llegando incluso a encararse con el otro bando en la puerta del local con la seguridad haciendo lo posible para separarlos.

Ante el revuelo montado, una decena de agentes de la Policía Nacional acudió a los accesos del Katanga para controlar la situación, a la que se unieron posteriormente varias patrullas de la Policía Local. Cuando el ambiente parecía estar más calmado, uno de los jóvenes reprochó algo a los agentes policiales en actitud violenta, lo que generó que la Policía cargara contra ellos y los desalojara del lugar. El suceso acabó sin detenciones ni heridos de gravedad.