Templarios en San Martín de Montalbán

José García Cano
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«Sobre la fortaleza se estableció una encomienda templaria, según algunas crónicas una de las más importantes de la orden en Castilla»

Templarios en San Martín de Montalbán - Foto: ï»VÁ­ctor Ballesteros

«Es nueva esta milicia. Jamás se conoció otra igual, porque lucha sin descanso combatiendo a la vez en un doble frente: contra los hombres de carne y hueso, y contra las fuerzas espirituales del mal...» Así describió Bernardo de Claraval en el siglo XII a la Orden del Temple, una orden sobre la que se han escrito ríos de tinta y de la que afortunadamente aún hay restos en algunos puntos de nuestra provincia.

Uno de los principales enclaves templarios en Toledo se sitúa en San Martín de Montalbán, a poco más de 50 km de la capital regional. Fue en época del rey Alfonso VII cuando los caballeros templarios hacen acto de presencia en Castilla. El mismo rey les entregó Calatrava a mediados del siglo XII con un claro propósito: la lucha contra el infiel en la misma frontera del reino castellano. Posiblemente y como ocurrió con otras tantas órdenes militares, los templarios se dedicaron en un principio a colonizar y asegurar los territorios que habían sido arrebatados al enemigo. Para ello y como defensa de la frontera al sur del Tajo se establecieron en los castillos de Villalba (Cebolla) y Montalbán (San Martín).

Sobre la fortaleza de San Martín de Montalbán se estableció una encomienda templaria, según algunas crónicas una de las más importantes que la orden poseyó en Castilla, cuyas características constructivas la transforman en una de las más espectaculares de nuestra península. Su diseño lo componen dos torres albarranas pentagonales junto a una desproporcionada muralla creada posiblemente para albergar a los habitantes de un posible núcleo repoblador, a tenor de los aproximadamente 15.000 metros cuadrados de superficie que se ubican en su interior. Se encuentra junto al arroyo Torcón, el cual ayuda a que sea este castillo una fortaleza inexpugnable por tres de sus cuatro lados, al formar un impresionante tajo que sirve de protección a la fortaleza. El Conde de Cedillo decía a principios de siglo que era uno de los castillos «más antiguos de la línea de defensas de la orilla izquierda del Tajo. Parece que muy próxima al castillo pasó una calzada romana…»

Montalbán sería un castillo templario hasta el año 1308, cuando en pleno proceso abierto contra los templarios, el rey Fernando IV secuestró los bienes de los caballeros en sus territorios. Posteriormente y ya en época de Alfonso XI el castillo y la encomienda fueron donados a don Alfonso Fernández Coronel. En este periodo se realizaron diversas obras y modificaciones en el castillo.

Lo interesante de la zona y del castillo de Montalbán, es que las leyendas siguen resonando entre los montes y caminos del entorno. Leyendas de templarios (como la de Malamoneda), históricas (como la del castillo de Dos Hermanas en Navahermosa) e incluso historias mágicas, como la que nos propone Ignacio Carmona sobre que el castillo de Montalbán se encuentra relacionado con el lugar donde se oculta la increíble Mesa del Rey Salomón...

El castillo a día de hoy y a pesar de ser visitable en algunas partes, se encuentra en un avanzado estado de deterioro. No podemos mirar atrás cuando hablamos de la conservación de nuestro patrimonio y en este caso, de uno de los castillos más espectaculares de la provincia de Toledo.