El Cristo de la Vega pudo salir, aunque con incidente

Redacción
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El Crucificado desclavado chocó ligeramente con un balcón cerca de los Carmelitas, perdiendo dos dedos. Estos fueron recogidos y le serán restaurados

El Cristo de la Vega pudo salir, aunque con incidente - Foto: Joaquin Romera Garcia

Cierta tradición asegura que la procesión del Cristo de la Vega se mantiene siempre a salvo de la lluvia, al menos en lo que a la salida del paso se refiere. Ha habido auténticos chaparrones que se detenían poco antes de la madrugada para permitir salir al Cristo desclavado más famoso de España, portado durante una procesión que es de las más largas de Toledo. El pasado Viernes Santo sucedió así. Durante la tarde del Jueves, la lluvia había impedido salir a los hermanos de Nuestra Señora del Amparo de la Catedral. Solo unas horas más tarde, sin embargo, a pesar de la amenaza del cielo, sin apenas acompañamiento de fieles -se fueron incorporando en la esquina de la calle Cardenal Cisneros con la plaza del Ayuntamiento-, el Cristo de la Vega volvió a salir. Como la amenaza de lluvia continuaba, fue necesario aligerar el recorrido. Y en esas estaban los cofrades cuando, muy cerca de los Carmelitas Descalzos, en la calle que comunica Alfileritos con los Cobertizos -una zona complicada para maniobrar, por la estrechez de la calle y por su inclinación-, la mano clavada del Cristo impactó contra un balcón, perdiendo la talla dos dedos. Afortunadamente, fueron recogidos por los asistentes y serán pronto reintegrados. Fue el único incidente de la procesión, que desde allí continuó su largo recorrido hasta la basílica de Santa Leocadia, en la Vega Baja.

La hermandad delCristo de la Vega, aunque no la más antigua, es sin duda una de las más genuinas de la Semana Santa toledana. Arropada por un gran número de fieles (aunque nunca tantos como siempre recuerdan quienes conocieron esta congregación en sus mejores tiempos), su imagen titular sale a las calles desde su fundación en 1928. La talla del Cristo, sin embargo, no es la original, ni la de aquellos años ni a la que Zorrilla compuso su célebre poema, ya que la más antigua se perdió en 1808 y la posterior en 1936.