El programa de Ayudas del Consorcio de la ciudad de Toledo, para la Rehabilitación de Edificios y Viviendas es, indudablemente, uno de los pilares básicos del funcionamiento de una institución que aprobó, en su Comisión Ejecutiva, una nueva convocatoria establecida en inicio «en 700.000 euros». Cantidad que, aclaró Manuel Santolaya, «aumentaremos por los menos hasta los 800.00 euros» si se incrementan las solicitudes. En este sentido, el Consorcio parte de una cifra superior a la aprobada en años anteriores -de 600.000 euros- porque la experiencia (que es un grado) confirma que la tendencia es ascendente, razón por la que en la próxima convocatoria la base ha aumentado.
Preguntado, el gerente de la entidad, sobre las previsiones que manejan -ya que el plazo se abrirá en noviembre y finalizará en abril-, apuntó que la cifra ronda las 150 o 200 solicitudes, número que se mantiene en las últimas ediciones y que han supuesto un descenso respecto a las registradas «hace seis o siete años» cuando el montante de peticiones llegó a situarse entre «las 250 o las 300». No hay que olvidar además, en este ámbito, que no es tan importante el número de solicitudes como la calidad de las mismas.
De hecho, informó Santolaya de las actuaciones a ejecutar en el inmueble de la calle La Plata, 15, que «está muy deteriorado» a pesar de ser «un buen ejemplo de edificio modernista». Por ello, y puesto que el edificio cuneta con cuatro viviendas ocupadas, la institución hará lo propio en la cubierta, las fachadas y en los asuntos relativos a la mejora energética. En esta misma línea de actuación, se refirió también al proyecto planteado para el inmueble ubicado en la calle Plegadero por conservar «una decoración de arquitectura fingida» que no está de más consolidar, como en el caso anterior, interviniendo en cubiertas y fachada.
No olvidó mencionar los proyectos auspiciados dentro del convenio del Área de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU) 2019-2021, por el que entre este año y el próximo van a rehabilitarse 120 viviendas con una inversión «de 240.000 euros sufragada por el Consorcio» a los que suman «las aportaciones particulares».
Junto a esta decisión, en la Comisión se dio cuenta de los procesos de obras recepcionados -el de la calle Buzones y Merced-, replanteados -el de Sillería, 10- e iniciados -el de calle Armas, 8- por el Consorcio, así como de las actuaciones relativas al ámbito específico de Ayudas a Áreas de Rehabilitación Preferente.
Reordenación urbana. Esta línea de intervención está centrada en los conjuntos o zonas de suelo urbano de relevante interés cultural, que están sometidos a un proceso de deterioro de la edificación, de sus espacios libres o de sus infraestructuras; o bien por otras áreas urbanas que, con independencia de los valores que en ellas concurran, presentan deficiencias y carencias sociales de especial gravedad.
Así, Manuel Santolaya anunció que pretende atender la reordenación urbana de la plaza del Corral de Don Diego. Espacio, por cierto, que abre la lista recogida en el Plan Especial del Casco Histórico de Toledo que define 21 sectores de rehabilitación.
Para «simplificar trámites». El gerente del Consorcio señaló que se está trabajando en la firma de un convenio con el Ayuntamiento, todavía pendiente de rúbrica, destinado a «simplificar los trámites» establecidos a la hora de actuar en torno a las zanjas y obras implícitas a los trabajos relativos a la pavimentación de las calles y a sus consabidas canalizaciones.
Renovación de la web. Manuel Santolaya apuntó que la entidad está trabajando en el diseño de una nueva web que, entre otras cosas, apostará por «mejorar la accesible». En este sentido, apuntó que la labor está ya «muy adelantada», ante lo que aprovechó para anunciar que la sede del Consorcio ya cuenta con el servicio de fibra óptica. Un aspecto esencial para una institución que debe adecuarse a la normativa relativa a la instauración de la administración telemática como medida para facilitar al ciudadano todos los procedimientos.
En este sentido, Santolaya consideró necesario plantear una suerte de «coordinación» que agilice ciertos procesos que pueden dilatarse en el tiempo por estas cuestiones.