Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


Graciosos, caviar, joyas y recibo de la luz

07/09/2021

En este verano algo largo ya, en esta tierra se habló mucho de unas cuantas cosas que ahora, pasadas las vacaciones, no tengo más remedio que recordar. Además de lo último. Las calles toledanas convertidas en ríos merced a las tormentas y a un sistema de dragado de las alcantarillas seguramente no en condiciones óptimas; en la televisión se ha visto: montoneras de coches convertidos en pura chatarra.
De otra cosa que se habló mucho ha sido de una pareja de pretendidos ‘graciosos’ que este verano actuaron en una terraza toledana, cierto es que el dúo acumulaba tanta gracia como Hitler y Stalin juntos, se me olvidaba otro personaje con una envidiable y expansiva vis cómica, como ya han adivinado hablo de Goebbels o como se escriba el apellido del mandamás nazi de la propaganda, un tipo de humor expansivo e irresistible, comparable ya digo a la vis cómica de la pareja que actuó en la terraza toledana. Tengo delante los nombres del grupo y el par de componentes pero me van a permitir que por vergüenza no los escriba, creo que se debe silenciar la identidad de lo malo y de lo muy malo mejor olvidarse. Cuanto antes.
Me gusta mucho el humor y lo considero un rasgo de inteligencia, pero cuando se convierte así por las buenas, en bilis sin sentido y pus injustificada, la cosa da bastante asquito la verdad. Hubo un tiempo en el que en Talavera la gente se cuidaba mucho de hablar de Patrocinio en semejantes términos, como hizo la pareja me refiero, y si la alcaldesa apenas ha dicho nada, lo escribo yo. Como he visto la actuación entera –para bien o para mal- que alguien colgó en Internet, me han llamado la atención algunas cosas como la fijación de uno de ellos por las sustancias ilegales, en el paroxismo del disparate llegó a decir que Patrocinio estaba ‘patrocinado’ por Pablo Escobar el conocido narco colombiano. Sí, todo es humor pero pasarse es pasarse.
Lo escandaloso de verdad es el precio de la luz; por lo sideral del mismo claro, de seguir así el recibo de la electricidad se va a convertir en un artículo de lujo como el champán francés, el caviar y las joyas con diamantes; vaya con Sánchez quien lo hubiera dicho cuando pusieron en el Gobierno al Maniquí de El Corte Inglés. Entonces parecía imposible que algunos españoles tuvieran que elegir entre comer o pagar el recibo de la luz.