Brindó todo un espectáculo de buen ciclismo a la afición tras cruzar en solitario la meta del boulevard donostiarra. El ciclista Remco Evenepoel (Quick-Step Alpha Vinyl Team) volvió a reinar ayer en la Clásica de San Sebastián, que cumplía su 41 edición y lo hizo con una lección soberbia tras 224,8 kilómetros, una gran exhibición que le permitió recuperar el trono tras su victoria en 2019. 

Evenepoel, el campeón más joven de la historia de la prueba vasca, se colocó por segunda vez la tradicional 'txapela' en un año donde el belga ya se impuso en la Lieja-Bastoña-Lieja, su primer 'monumento' en su estreno en la más antigua de ellas.

A sus 22 años, dio un recital en tierras donostiarras al romper la carrera en Erlaitz tras marcharse en solitario a falta de 45 kilómetros para la meta. Imprimió su exigente ritmo y la afición recompensó su esfuerzo en la última subida en Murgil, donde llevaron en volandas al valiente corredor.

La escuadra de INEOS Grenadiers salió a la rueda del ganador, aunque el francés Pavel Sivakov y el español Carlos Rodríguez fueron incapaces de recortar tiempo a un Evenepoel desbocado. Sivakov se llevó la segunda plaza, mientras que Rodríguez cedió en el último tramo para acabar en la quinta posición, siendo el mejor de los nacionales. El podio lo cerró el belga Tiesj Benoot (Jumbo-Visma). 

Descolgados

Por su parte, el esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) truncó sus esperanzas en Jaizkibel y no consiguió redimirse de su segunda posición en el Tour. Mientras, el veterano corredor Alejandro Valverde (Movistar), quien regresó a la competición tras su atropello, no tuvo su mejor día y se descolgó del pelotón antes del ataque final del campeón. Aún así, el murciano vivió una jornada especial al ser homenajeado por la organización. De este modo, el campeón, quien se retirará a final de temporada, se despidió de la prueba que alzó en 2008 y 2014.