El grupo de Medio Ambiente de la asociación de vecinos El Tajo ha decidido reaccionar ante la inacción de las administraciones públicas frente a las frecuentes olas de calor que ponen en grave riesgo la salud de la población y para pedir al Ayuntamiento que adopte medidas dentro de sus competencias medioambientales, como la elaboración de un plan de regeneración árborea de toda la ciudad en e lmarco de la lucha contra el cambio climático.
Para ello, debe contar con los expertos y la sociedad civil para alcanzar el mayor consenso y eficacia posibles. El barrio del Polígono –y por supuesto el resto de la ciudad- no puede ser un calvario para vivir, porque necesitamos árboles que nos cobijen y nos den vida. Es más, cualquier iniciativa urbanística que lleve a cabo el Consistorio debe incluir siempre la mejora medioambiental, tendiendo a reducir el asfalto y el hormigón que elevan sustancialmente la temperatura del entorno.
Estos días de calor intenso los árboles y su sombra son verdaderos refugios acogedores, que en ocasiones nos salvan de posibles golpes de calor o episodios más graves de salud. Son remansos de paz que, además, nos regalan un aire más limpio y respirable.
Esta demostrado que las zonas urbanas son más calientes que las rurales. La razón es obvia: cambiamos la vegetación por materiales que almacenan y reflejan el calor, como asfalto, piedra, acero o vidrio. Los edificios vidriados actúan como espejos, lanzando los rayos solares al entorno. Estudios científicos señalan que los entornos urbanos sufren temperaturas más altas, de entre seis y diez grados más que las zonas rurales.
Con el fin de alertar de la gravedad del cambio climático y alentar al Ayuntamiento a poner medidas paliativas que están a su alcance para mitigar sus efectos, hemos convocado al vecindario del Polígono a cobijarnos debajo de un árbol, un acto sencillo pero lleno de agradecimiento a la naturaleza y de llamada de atención a nuestros representantes políticos. O ponemos remedio ya o el futuro será difícil. Por nosotras y nosotros y, sobre todo, por los que vendrán. ¡Los árboles son vida, son futuro!