El pasado mes de abril La Tribuna sacó a la luz la aparición de nuevas pintadas en el puente de Alcántara. Fueron varias, cinco en la puerta de madera y otra en el granito. Desde entonces, el Ayuntamiento llevaba esperando el permiso del Ministerio de Cultura para poder limpiar la zona convenientemente. Y dicho y hecho, ya que en la misma mañana del lunes se procedía a la limpieza de la zona, dejando el pretil del histórico puente al fin libre del vandalismo.

Murallas  y puentes pertenecen al Ministerio, y que la ciudad no puede hacer nada sin su consentimiento. Por experiencia, el Ayuntamiento sabe que puede pedir al Ministerio que haga la actuación, pero a la postre siempre es más rápido si pide permiso y lo hace por su cuenta. Eso sí, se trata de una actuación delicada que debe contar con todos los informes pertinentes.

Estamos hablando del tercer acto vandálico en tres años en la misma zona en la misma zona y en idéntico número de años. El puente de Alcántara, de origen romano (siglo III) pero reconstruido en varias ocasiones a lo largo de la historia, tanto en época medieval como barroca (siglos X, XIII y XVIII), volvió en abril a ser blanco del vandalismo callejero en los últimos días.

El Ayuntamiento limpió ayer las pintadas en el puente de AlcánHasta seis pintadas, de diferentes tamaños y colores, hechas todas con spray, se cebaron de nuevo con el monumento, dejando la ignorante firma de los que no respetan el patrimonio. El grafiti de mayor tamaño fue en uno de los pretiles, el del lado izquierdo según se accede por el puente hacía el Casco histórico, mientras que el resto de pintadas (otras cinco) se han perpetrado contra ambas hojas del portón medieval del torreón occidental.

Este tipo de actos comienzan a ser demasiado habituales en el entorno y en el propio puente. No es la primera vez que esta zona aparece vandalizada. A los grafitis realizados ahora hay que sumar los aparecidos en septiembre de 2021 en la zona oriental de la muralla de acceso a la puerta de Alcántara, así como al grafiti y las dos firmas ('taqueos en el argot de los grafiteros') que en septiembre de 2019 aparecieron en el tajamar del propio puente, realizados esa vez con pintura acrílica.

En los otros dos episodios de pintadas, la Policía Local de Toledo abrió una investigación para encontrar a los autores, que podrían enfrentarse a una multa de hasta 3.000 euros.

La eliminación de este tipo de pintadas resulta complicada y laboriosa, ya que no se puede alterar la pátina natural de la piedra, por lo que debe ser realizada por profesionales de la restauración.