José Luis Arroyo

Rayadas Millennials

José Luis Arroyo


Viento fresco de Navidad

13/12/2022

Tras una semana con varias jornadas de descanso gracias a los días festivos, hacemos un intento de retomar la normalidad, entre cenas y comidas con amigos y compañeros, rodeados de luces y de adornos, que anticipan la Navidad y el año nuevo.
En este contexto, me ha llamado la atención un artículo del prestigioso diario de The Economist que, después de valorar positivamente la situación de los datos de la economía española, se sorprendía por el estado de crispación al que está sometida su vida política sin que, por el contrario, ese ambiente tan hostil se pueda percibir en la calle. Afortunadamente, la práctica totalidad de la sociedad española, aunque utilizando el término del periódico extranjero seamos 'gruñones' y nos dejemos llevar, en ocasiones, por nuestras pasiones sobre todo en las redes sociales, no hemos perdido aún la educación ni las buenas formas, al menos cuando nos miramos cara a cara. Por eso estoy convencido de que esos episodios tan lamentables que se han vivido en las últimas semanas en la vida parlamentaria, no serán reproducidos en cualquiera de las cenas y cotillones en los que participaremos estos días.
Sinceramente, tras varios años de pandemia que nos han impedido celebrar como nos gustaría y, tras los últimos sobresaltos económicos derivados de los efectos de la Guerra de Putin, merece la pena intentar disfrutar de la compañía y el ambiente festivo de estos días, haciendo uso de nuestras voces hasta quedar afónicos, cantando licenciosos villancicos y riéndonos con carcajadas amplias, cuando sea menester, hasta de nosotros mismos y nuestras circunstancias, aun sabiendo que, mientras tanto, habrá tentaciones especuladoras deseosas de sisarnos y que, a pesar de saberlo, como consecuencia de los estímulos consumistas en los que estamos inmersos, sucumbiremos a ellas.  
Como siempre, antes de lo que nos gustaría, llegará esa cuesta de enero, que este año se vislumbra muy angosta y elevada a causa de la carestía de la vida y la avaricia y cicatería de la CEOE con la negociación colectiva. Cuesta de enero que muchas familias acabarán empalmando con los carnavales. No obstante, mientras se digieren los tragos amargos, ya sean en forma de facturas u otras circunstancias indeseadas, seamos conscientes de que estos dislates son necesarios vivirlos porque el disfrute también es inherente a la condición humana.
En definitiva, la finalidad de mi columna de hoy no es hacer un tratado del carpe diem en pleno siglo XXI ni reivindicar, pretenciosamente, el espíritu de la Navidad frente a tantos Mister Scrooge que, como consecuencia de nuestra candidez, acabemos sentando en alguna de nuestras mesas, a pesar de que con su actitud intenten arruinar cualquier reunión familiar o de empresa; sino simplemente para expresar que el ambiente tan hostil y, a veces, tan teatralizado en el que se desenvuelve nuestro devenir cotidiano suele resultar extenuante. Por esa razón, sugiero que para no potenciar aún más la cansina crispación, al menos en estos días, mandemos a nuestro Mister Scrooge más cercano a tomar viento fresco que, por nuestras latitudes en estas fechas y aún con el cambio climático, suele ser