La aseveración ha calado hondo. Quien más, quien menos sabe que España encabeza las donaciones para los trasplantes de órganos en el mundo desde hace décadas. La Organización Nacional de Trasplantes, que ha tejido una red de ámbito nacional de donación y recepción, ha hecho cuajar este gesto de humanidad que devuelve a una vida sana a los enfermos. No obstante, la lista de espera supera los 4.700 en España, a 31 de diciembre de 2021, de los cuales 194 en Castilla-La Mancha.
La federación nacional de asociaciones para la lucha contra las enfermedades del riñón (Alcer) promocionó ayer en Zocodover, en el Hospital Universitario de Toledo y en el Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera la importancia de la donación de órganos para salvar miles de vida y mejorar el día a día de otros tantos. Incluso los órganos de nonagenarios, como ha ocurrido en la provincia en 2021, pueden servir a los pacientes. La edad media del donante alcanza los 60 años de edad.
El Día Nacional del Donante se conmemora cada primer miércoles de junio. Ayuntamientos como Toledo, Mazarambroz o Ugena recordaron con el alumbrado en color verde de sus edificios esta fecha. «La donación y el trasplante se han resentido mucho con la pandemia», aseveró ayer en rueda de prensa la coordinadora autómica de trasplantes, María José Sánchez. Castilla-La Mancha ha registrado 28 donaciones de órganos en estos cinco primeros meses del año, el 27 por ciento más que en 2021. El 79 por ciento de ellas han sido multiorgánicas y han incluido en buena parte tejidos.
Pero el 24 por ciento de las familias rechazó en 2021 la posibilidad de donar los órganos de su pariente en Castilla-La Mancha. El porcentaje estaba antes de la pandemia en un 19 por ciento. «Creo que las familias están desbordadas. Es un momento difícil», apuntó la coordinadora autómica de trasplantes, quien incidió en que los que dan la autorización se alegran posteriormente.
«Gracias a esas 28 donaciones, hay 80 personas que han salvado su vida o salido de la diálisis», señaló Sánchez. «Tenemos que seguir trabajando para que todos activemos ese gen de donante y lleguemos a conseguir que el cien por cien de la familias diga sí a la donación», subrayó y añadió que un trasplante inyecta una media de 30 años de vida a los pacientes.