La senda del agua de Riópar

I.M.
-

Son 10 kilómetros que discurren tanto por suelo rústico como por urbano y por paisajes de lo más variados y que tienen en el sistema hidráulico y su conducción a las Reales Fábricas su eje principal

Imagen de uno de los paseos que los visitantes y vecinos de esta localidad serrana tienen a su disposición para disfrute de la naturaleza, el casco urbano y el agua. - Foto: Rubén Serrallé

Hasta las 19:00  horas del próximo martes, día 14, el  Ayuntamiento de Riópar  tiene abierta la recepción de ofertas para el acondicionamiento y señalización de la ‘Senda del agua’ de las Fábricas de Riópar, siendo dos días después cuando se procederá, no obstante,  a partir de las 10 horas a la apertura de la oferta pública, correspondiendo a la alcaldía del citado Ayuntamiento su adjudicación.  Según se recoge en el anuncio de licitación publicado en la Plataforma de Contratación del Sector Público, el valor estimado del contrato es de 99.597,12 euros (sin impuestos) con un plazo de ejecución de tres meses.  A financiarse con cargo a los fondos de la Unión Europea (programa operativo Feder Castilla-La Mancha 2014-2020),  de la Inversión Territorial Integrada, se actuará sobre unos 10 kilómetros en el término municipal de Riópar , por tramos que van a discurrir tanto por suelo rústico como por urbano y por paisajes heterogéneos.

Cuando uno se pone a hablar de las Fábricas de Riópar uno puede hacerlo de muchas cosas y aunque, como dice el teniente-alcalde de este municipio, Federico Moreno, todo lo que le rodea a este complejo fabril tiene interés desde el punto de vista histórico, si hay, no obstante, una cosa, que destaca por su novedad en términos industriales y su atractivo, ese es precisamente, el sistema hidráulico que se montaron para hacer funcionar las fábricas, su maquinaría aprovechando las aguas del arroyo Gallizo. El agua servía para producir energía gracias al Caz Hidráulico, un sistema de canalizaciones y conducciones que llegaba desde gran  distancia a las instalaciones donde se producían los célebres bronces de Riópar.  

Esta  ruta lo que busca es ni más ni menos que la puesta en valor de este sistema articulado en torno al agua, comunicando enclaves con caminos y senderos, y es que la senda como tal, recuerda Federico Moreno, existe «desde siempre» y de hecho, «los que somos de  esta localidad  la conocemos, la enseñamos a los visitantes y la usamos pues estamos ante un paseo super agradable y muy cómodo para los paseantes dado que al ser de captación y de traída tiene muy poco desnivel, o mejor dicho, tiene el nivel justo para traer las aguas al municipio, a las fábricas».  

En la actualidad, sin embargo, tanto los canales como su camino de servicio se encuentran deteriorados en parte del recorrido hasta el punto de que, se explica en la memoria descriptiva y justificativa de este proyecto, no existe circulación de agua en la mayor parte de las canalizaciones y algunos tramos son difícilmente practicables encontrándose o totalmente invadidos por la maleza o directamente destrozados por hundimiento del terreno gracias en buena medida a la   falta de mantenimiento que ha  habido de 40 años acá. Una falta de mantenimiento que, además, de lo anterior, igualmente ha traído consigo, que no sólo no pase todo el agua sino también que esta infraestructura haya  quedado oculta  en más de un punto o que algunos elementos vinculados al movimiento del agua como pueden ser las  presas, los poleas, los molinos o los martinetes se encuentran en su mayoría en desuso, estén abonados y más de uno  estén en estado de ruina. Solo quedan los saltos, nada más.

Lo que se va a hacer. A fin de poner en valor esta senda se va, informa el teniente-alcalde de Riópar,  a arreglar, limpiar y acondicionar, por un lado, la propia canalización hidráulica, reparando en la medida de lo posible los tramos más deteriorados  a fin de recuperarlos y que el agua transcurra y teniendo en cuenta, además, de que, como se dice coloquialmente hablando, está conducción del agua está hecha a trozos, es decir, explica Moreno, hay partes revestidas  con  maderas, otras con  ladrillo y otras con la chapa que sobraba en la fábrica. Y, por otro, a arreglar el sendero que va  en paralelo al agua, igualmente limpiando,  y consolidando tanto el firme, en donde sea estrictamente necesario, como realizando contenciones de tierras, construyendo pasarelas en los cruces del camino con barrancos  y colocando barandillas y escalones en  aquellos tramos que sean más peligrosos, con el objetivo en este caso  de permitir el cómodo tránsito de los usuarios, además de convertirlo en todo un reclamo turístico arqueológico industrial.  No obstante, al tratarse de un itinerario lineal abierto uno podrá comenzarlo o abandonarlo en distintos puntos claves de  esta ruta que, en definitiva, pasa por zonas deshabitadas del monte o  por el propio núcleo urbano de Riópar, y que  por citar un aspecto concreto, indicar que sólo en lo que es la primera parte del recorrido, allí donde se tomaba el agua, transcurre por pinares.

Además del acondicionamiento del sendero y de la canalización hidráulica propiamente dicha a fin de que se quede, en definitiva, en su estado original y así el agua llegue a donde llegaba, se va a colocar cartelería  en aquellos puntos que sean más claves dentro del recorrido. Carteles en los que se explicarán, entre otras cuestiones,  cuál es la importancia que se dio al agua o cuál fue el significado de este sistema hidráulico para estas fábrica, «pues de lo contrario, la gente lo único que verá será poco más que una acequia original,  lo que pretendemos con esta senda es, en definitiva, generar una experiencia emocional, en el sentido de que el visitante paseante conforme vaya recorriéndola vaya descubriendo aspectos de la zona y del entorno que incluso a veces pueden llegar a ser desconocidas hasta para la población local».

Lo último. Hay que señalar también  que la senda del agua igualmente aparece en la guía hecha por la Asociación Amigos de las Reales Fábricas de Riópar por el  Conjunto Histórico Industrial de estas fábricas y con  el apoyo de la Junta  de Comunidades y en la que se conjugan historia, patrimonio y territorio a lo largo de 35 páginas.

Una vez se licite la obra, se procederá a su adjudicación a una empresa, a hacer el acta de replanteo, como pasa con toda obra pública, y a iniciar la acometida  de manera que para principios de mayo todo el trabajo esté hecho pensando en los visitantes que llegan hasta esta parte de la provincia y que tiene precisamente en el sector del turismo uno de sus principales alicientes y   una de sus  fuente de su economía local. Dejando de lado esta senda, la hospedería y  la compra por parte del Ayuntamiento  de Riópar al Fogasa del edificio de San Carlos y su cesión a la Junta para ser en parte hospedería regional, todavía, no obstante, quedan  muchos enclaves dentro de este complejo fabril en donde actuar, algunos, además, en estado totalmente ruinoso y en los que la única opción de actuación que queda es consolidar las ruinas de manera que así puedan conservarse y de esta manera mantener una idea conjunta del complejo.

 Sea como sea la última actuación en un edificio tuvo lugar en la antigua serrería de las Fábricas, también conocida como Nave de Varetas a cargo de la empresa Trycsa. Ubicada junto al río Gallizo se trata de una nave industrial de planta rectangular totalmente abierta, salvo, un pequeño habitáculo que alberga parte del caz, el depósito de agua y una turbina Francis de la central hidroeléctrica. Dotada de grandes muros, esta nave está cubierta por una potente armadura de pino y de diseño peculiar,  algo  que, por otra parte, le hace singular  a este inmueble que, una  vez restaurado y recuperado, se procedió a finales del año 2015 a su entrega al Ayuntamiento de Riópar. Es al Ayuntamiento  a quien corresponderá dotar a este inmueble de unos 800 metros cuadrados, de suelo, luz, muebles,  ventanas y servicios, y de esta manera convertir, en definitiva, lo que había sido una serrería en un centro cultural municipal pero que, sin embargo, cuatro años más tarde continúa  hueco en su interior.

 La causa de esta situación hay que buscarla, recuerda el teniente-alcalde, que «estamos,  ante un edificio cedido por el Fogasa y que como tal sólo puede ser usado para actividades culturales, para nada más».