José Luis Arroyo

Rayadas Millennials

José Luis Arroyo


El gran debate

12/07/2022

Con un calor sofocante, abordamos la semana en la que, en el Congreso de los Diputados, se celebra el Debate del Estado de la Nación, tras varios años sin dar cabida a esa cita y en un contexto en el que casi todo, en la política española, se encuentra pendiente de definición.
No se puede ocultar que la sociedad europea sufre, en estos momentos, un periodo de máxima incertidumbre, en el que muchas familias se han visto obligadas a sobrevivir, entre grandes dificultades, como consecuencia de los efectos de la pandemia y en el que, ahora además, se enfrentan a los efectos perniciosos que está generando la contienda bélica en la economía, que ha derivado en un alza exorbitante de los precios. A estas circunstancias adversas, no son ajenos los gobiernos de Europa, que se han visto obligados a asumir una importante inestabilidad, como ha quedado de manifiesto, esta semana, en el Ejecutivo conservador británico y que ha precipitado la salida del polémico Boris Johnson. A esta adversidad también están sometidos otros primeros ministros como el de Italia o la de la República Francesa.  
En este delicado contexto, Pedro Sánchez no sólo debe a realizar un ejercicio de pedagogía, que ponga en valor los logros de su gobierno; como la estrategia de vacunación, la obtención de 150.000 millones de euros en ayudas con condiciones que nada tienen que ver con los rescates a la banca, la excepción ibérica para contener el incremento de los precios de la energía o los datos de crecimiento económico y de empleo en los que, hasta ahora, se encuentra la economía española, sino que, además, debe hacerlo, ante una opinión pública que se encuentra asustada ante el devenir de los acontecimientos. Sin duda, para ello, también le ayudaría contener el excesivo ruido que se genera desde ámbitos gubernamentales, últimamente, relacionados con el cuestionamiento de los compromisos adquiridos como consecuencia de la exitosa cumbre de la OTAN realizada en Madrid y que limitan el apoyo a la coalición, a la vez que generan desasosiego en electorado progresista que espera un mayor entendimiento y lealtad entre los socios. De ahí, que el liderazgo de Yolanda Díaz ampliamente valorado, hasta ahora, por los españoles se vea sometido, cada vez más al escrutinio, lo que la obliga a decidir si sigue apostando por un perfil institucional que le ha reportado un amplio prestigio o si, definitivamente, bajará al barro, con los riesgos que ello conlleva, para intentar recuperar músculo para la izquierda más allá del PSOE, necesitada de éxitos electorales.  
Es innegable que estas tempestades, que llevan azotando al gobierno durante esta legislatura, se convierten en vientos a favor de la oposición que hoy lidera Núñez Feijóo que, como consecuencia de no formar parte del Congreso de los Diputados, no tendrá la oportunidad de medirse contra el Presidente del Gobierno, ?como así lo intentará hacer Santiago Abascal? aunque, tampoco se verá presionado ante el riesgo de fracasar en el intento. No obstante, los españoles también esperan gestos de una oposición que, hasta ahora, se ha caracterizado por el boicoteo constante a la labor del Gobierno. Un ejemplo de ello, es el bloqueo de órganos constitucionales, como el del Consejo General del Poder Judicial, cuando lo que verdaderamente se necesita son acuerdos entre los partidos que están implicados en la gobernabilidad de las principales instituciones o están llamados, en un futuro, a asumirla, bien sea desde el Gobierno de España o desde los de las Comunidades Autónomas ?que gestionan más del 50% del presupuesto.
En definitiva, en estos días, la política española calienta motores y sigue a pleno rendimiento, mientras la ciudadanía nos vemos concernidos a animar el debate, del que esperamos, sin duda, respuestas efectivas ante tanto desasosiego. Frente a esta incertidumbre, los diferentes partidos políticos están obligados a evidenciar su capacidad de reacción y compromiso para generar soluciones. ¡Veremos!