La doble brecha de género de la mujer gitana

Lola Morán Fdez.
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El paro de las mujeres gitanas es del 60% y la distancia con los hombres es sensiblemente mayor a la existente entre las mujeres y hombres de la población general

Mujeres participantes del programa Calí en un supermercado de la ciudad. - Foto: L.T.

La desigualdad de género se acrecienta en el caso del colectivo gitano, donde el paro femenino asciende al 60% y la distancia con los hombres es sensiblemente mayor a la existente entre mujeres y hombres en la población general. Así lo pone de relieve un estudio de Fundación Secretariado Gitano del año 2018 sobre la situación de la población gitana en España en relación al empleo y la pobreza.

Una situación que achaca en gran parte a la dedicación de muchas mujeres al trabajo doméstico y a las responsabilidades familiares. Esta brecha no se ciñe al ámbito laboral sino que afecta a todos los ámbitos, entre ellos la educación. Así, son menos las mujeres gitanas que alcanzan la ESO, un 15,5% frente al 19% de los hombres gitanos y frente al 72,5% de las mujeres de la población general. El analfabetismo afecta todavía a un 14% de las mujeres gitanas frente al 6% de los hombres.

Pese a ello, la educación es el indicador que mejor se está comportando en estos años, según revela el estudio, que apunta que superar la ESO «dispara las posibilidades de empleo en las mujeres  gitanas». Para lograrlo, desde Fundación Secretariado Gitano desarrollan toda una oferta formativa gratuita a la población gitana, buena parte dirigida a la mujer.

Elisabeth Salazar Salazar es una de las participantes en estos programas en Talavera. En concreto, esta joven de 21 años ha participado en los programas 'Promociona' y 'Acceder', además de en el Aula de Graduado en ESO Radio ECCA y en 'Formatéate con Garantía' antes de lograr una oferta laboral en la Fundación, donde trabaja desde el pasado abril en el proyecto 'Conectad@s'.

Como explicó Salazar a La Tribuna, a los 12 años comenzó a formarse en la Fundación, donde ha recibido «una gran ayuda», llegando a terminar recientemente sus estudios de ESO y acceder al mercado laboral. «Al no tener la ESO no me llamaban de ningún sitio», reconoció, haciendo hincapié en que en el caso de la mujer gitana es más «complicado». «Como nos casamos tan jóvenes, eso conlleva tener la familia y ya tienes un cargo que te quita más tiempo y no puedes dedicarte a la formación», expuso. Ahora, dijo, «quieren formarse pero no pueden».

En su caso, contó con el apoyo de la Fundación y de sus padres, quienes han estado «muy involucrados» en su educación. «Ya tendrás tiempo de tener tu familia, cada cosa a su tiempo, ahora eres una niña, estudia, fórmate, crece a nivel personal y profesional», le dijeron, algo a lo que hizo caso y ahora ha dado sus frutos.