¡Qué impotencia! (1-0)

J. M. Loeches
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El CD Toledo se arrastra en La Fuensanta, sin fútbol ni empuje, y acaba perdiendo con un gol a balón parado del Conquense, después de jugar durante bastantes minutos con uno más

¡Qué impotencia! (1-0) - Foto: UB Conquense

El CD Toledo es un desastre. Eso ya se sabía. Lo de perder en Cuenca… podía pasar. Pero, ¿de esta manera? Después de jugar casi un periodo completo con uno más, con más posesión, y con la necesidad apretando por detrás. Pues ni con fútbol ni con coraje. No hay nada que ofrecer. Es así. Y lo de pelear por el descenso, que se lo vayan metiendo en la cabeza.

El once invitaba a tocar y tocar. Y tocar y tocar. Y eso hizo el equipo verde en los primeros minutos. A su favor… la primera ocasión fue de Mario Gómez. En su contra… un disparo lejano, con poca fuerza, y que era difícil que inquietase a Bernabéu. El portero lo repelió sin muchos problemas.

Habían pasado tres minutos, pero, en los siguientes, el balón lo agarró el Conquense. Solo restaba presionar arriba para forzar algún fallo. Todo estaba ordenadito. Nadie estaba rompiendo nada. De hecho, en el minuto 13, llegó otro lanzamiento de Mario Gómez, que volvió a ejercer de lateral derecho.

Sin embargo, la posibilidad más clara empezó en la derecha, y acabó en la izquierda. Rafa Camacho recibió solo, pero tardó tanto tiempo en pensar un disparo, que se le echó encima la defensa. El equipo de casa no iba a quedarse atrás. Sin poder entrando tampoco con claridad en el área, Yuya optó por sacarse un zurdazo desde lejos al que tuvo que responder Raúl de forma acertada.

Para ese momento, el minuto 20, el Conquense parecía haber acelerado un poco. Estaba en otra marcha, y le valía para poner en apuros a los de Manolo Alfaro. El partido se podía abrir con un error. Si no, estaba demasiado cerrado como para descorcharlo con una genalidad. No están ni unos ni otros para destellos. En el Conquense protestaron bastante un posible derribo dentro del área de Luis Enrique a Youssef, aunque dio la sensación de que el delantero se resbalón. Sin más.

Bien poco había para llevarse a la boca. El menú que prepararon los dos equipos no satisfizo los intereses de los espectadores. Al menos, la segunda amarilla que vio Tomás Cruz en el minuto 42 incrementó la oferta, al menos a priori, de cara a la segunda mitad. Antes, en el descuento, se salvó el CD Toledo del 1-0. Sí. Leen bien. Youssef llegó a la frontal, y disparó con un latigazo que dio en el larguero antes de salir fuera.

Despejada la mente, y sin cambios por parte de Alfaro, el equipo verde no se puso por delante en el marcador por muy poco. Iván Bueno recibió solo en el costado derecho, aunque, tras recortar a Bernabéu, no consiguió dirigir un buen disparo a la portería. Le salió muy desviado. Como era lógico, la posesión se multiplicó para el CD Toledo. Otra cosa es que fuera productiva en ataque. Como en Villarrobledo, daba la sensación de no tener argumentos para derribar el frontón del Conquense.

El recurso de disparar desde lejos se podía activar. Y se hizo. Alberto Escudero probó a Bernabéu después de una pared con Camacho. El portero se exhibió al alargar la mano. La pelota iba a la escuadra. Los blanquinegros intentaron quitarse la presión con un par de posesiones largas. Alfaro metió tres modificaciones: Angelito, Arribas y Varo. No cambió el esquema, solo que Camacho pasó a la mediapunta.

Tampoco cambió el ánimo del CD Toledo. Continuó con su abulia ofensiva. Con uno más, ni empujó, ni llevó la iniciativa de manera clara ni inquietó a Raúl Bernabéu más allá de lanzamientos desde fuera del área. Bien es verdad que el encuentro se paró en numerosas ocasiones, por lesiones, por faltas, por caídas… el terreno de juego estaba irregular, muy levantado y se produjeron muchos resbalones.

Está claro que lo que le hacía falta al equipo de la Ciudad Imperial era músculo en el mediocampo. Llegó Mamau para solucionarlo. Lo que suena ya a cachondeo y no a ironía, es que el CD Toledo no sea capaz de salir del descenso por fútbol. Con lo que tiene. Pero que tampoco pueda por coraje… Todo lo que hace es demasiado 'random'. Y así no se pelea por nada.

Para los últimos cinco minutos, y el descuento, Alberto Escudero se equivocó. Tiró a un rival, lo medio pisó, y luego protestó al colegiado cuando iba camino de sacarle una tarjeta. Podía ser amarilla, pero fue roja. Lo peor es que, esa falta, botada por Héctor Rubio, fue directa al área. No se defendió bien, y Mario Ordóñez la envió a la red. Ya no había tiempo. No le entraron ni las prisas al equipo de Manolo Alfaro. Dio pena ver los últimos minutos: impotencia y ausencia de recursos.