Los vecinos lamentan la parálisis muncipal en el año Covid

J. Monroy
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El movimiento vecinal se queja sobre todo de la falta de participación e información y pone sobre la mesa problemas como el futuro de Palomarejos, los accesos al Polígono y el hospitalito del Rey o un Casco con vida como barrio

Los vecinos lamentan la parálisis muncipal en el año Covid - Foto: Yolanda Lancha

Pasados los dos primeros años de legislatura, el movimiento vecinal de la ciudad ve una ciudad muy parada durante la pandemia y tras Filomena. Algunas asociaciones inciden en la falta de voluntad municipal en cuanto a participación e información, con la esperanza de que en lo que queda de legislatura se reforme la ordenanza y haya más dinero para los distritos.

La ayudas europeas pueden ser un revulsivo, que quizás tome forma a partir del Debate por el Estado del Municipio de los próximos días. Las asociaciones recuerdan las muchas carencias pendientes en cada uno de los barrios, cuya solución puede ser también una ayuda para muchas empresas. Y no quieren dejar la oportunidad para pedir que se aborde de nuevo en el debate temas como el Hospitalito del Rey, los accesos al Polígono, el futuro de Palomarejos o la población del Casco.

El ciudadano

El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos ‘El Ciudadano’ (a la vez también de La Verdad, de San Antón), Tomás Ruiz, apunta el esfuerzo vecinal en estos dos años por avanzar en participación en la ciudad. De momento, han conseguido que los consejos, por primera vez, tengan una dotación presupuestaria, «una mínima cantidad, pero lo consideramos como un primer paso, no un fin en sí mismo, ni un objetivo cumplido». Lo positivo es que las asociaciones están encontrando buena disposición tanto en el equipo de Gobierno, como en la oposición. «Parece que vamos avanzando poco a poco, además con consenso, aunque falta muchísimo de andar en transparencia, en mejorar los consejos... pero también estamos trabajando en el reglamento», explica Ruiz.

A nivel municipal, el presidente vecinal reconoce que este último bienio han sido unos años complicados. Al poco iniciarse la legislatura, comenzó la Covid, por lo que no se puede valorar con normalidad. Durante la pandemia, apunta Ruiz, se pudieron tomar medidas acertadas y otras no tanto, pero siempre dentro de la incertidumbre general que existía. Ahora, «nos preocupa que, de verdad, se puedan aplicar los fondos y se pueda, verdaderamente, regenerar la economía».

De ahí que, para la Federación, sea un buen momento para hacer planes de inversión en los barrios. Los presupuestos en los distritos «han puesto de manifiesto que los barrios y los vecinos ya no están por grandes proyectos, sino por cuestiones de mantenimiento, de día a día, de los pequeños rincones en los barrios», explica Ruiz. Así que, para el próximo año, en el que habrá que hacer un esfuerzo por la recuperación económica, «abrir la posibilidad de las pequeñas obras y pequeñas pero muchas necesidades en muchos barrios, puede ser una buena fórmula, para contratar a multitud de pequeñas empresas y crear empleo, al tiempo que se lava la cara de los barrios». Eso sí, esta «puesta al día» se deberá hacer con la participación en los barrios.

Finalmente, de cara al Debate por el Estado del Municipio, Ruiz recuerda varias cuestiones muy importantes para la Federación, que espera que allí se traten. Habla del Hospitalito del Rey, «la ciudad ha pedido durante muchos años que eso vuelva a ser un centro de mayores y preste servicios de centro de día», y es una buena ciudad para que se vuelva a manifestar. También pone el acento sobre los temas patrimoniales del Casco y Vega Baja, que habrá que tratar con mucho cuidado «y que la ciudad tenga claro qué es lo que queremos y no se quede todo a voluntad de promotores y propietarios».

Alcántara

Desde Santa Bárbara, la Asociación de Vecinos ‘Alcántara’ el inicio de legislatura ha sido «dos años realmente atípicos, sobre todo desde marzo de 2020, en los que la pandemia ha parado muchos proyectos». A ello el presidente vecinal, José María Jiménez, suma Filomena, que también ha hecho mucho daño en la ciudad, y va a requerir de mucha inversión. De forma que casi año y medio de los dos años de legislatura se ha ido en estos problemas, lo que ha impedido los proyectos previstos.

Cuando llegue la verdadera normalidad, apunta Jiménez, se podrá por fin empezar a trabajar. Ya se han puesto en funcionamiento, de forma extraordinaria, los consejos de participación, y el movimiento vecinal, que no ha dejado en ningún momento de trabajar, aumenta su contacto con el Ayuntamiento.

En Santa Bárbara por fin acabó el bulevar de la Rosa, salvo unos metros y la retirada de las ‘casitas bajas’, que parece que se ha complicado más de lo que se esperaba. Esta puede haber sido la obra más emblemática en estos dos años en la ciudad. De cara a los dos años siguientes, Jiménez recuerda al Consistorio la necesidad de llevar a cabo en Santa Bárbara el plan de acerado que ya presentó la Asociación. Además, hay otros temas puntuales de Urbanismo que, para Alcántara, no pueden esperar más. Se trata, por ejemplo, de la apertura de la calle de la Fuente, cortada desde enero. Es una de las tres salidas del barrio. A eso Jiménez une el problema de la caída de la acera en la calle de la Higuera, en la que parece que se está poniendo un muro de contención; y la obra de Maderas Viana que «para nosotros, la Asociación de Vecinos, y los vecinos del entorno, ha sido una tomadura de pelo, desde nuestro punto de vista no ha cumplido las normas establecidas para la seguridad de los peatones». Todavía está cortada la calle de subida al hospital y «no sabemos si el Ayuntamiento está sancionando a la empresa, pero a los vecinos de Santa Bárbara nos tienen muy preocupados esta obra y el poco caso que se nos ha hecho».

El Tajo

«Estos dos años para nosotros han sido inexistentes en cuanto a participación e información», apunta Sonia Méndez, portavoz del Tajo. La Asociación de Vecinos del Polígono ha solicitado durante este tiempo múltiples reuniones, a lo que no ha tenido contestación. Tampoco ha habido consejos de participación, ni se ha reunido su Grupo de Obras.

No en vano, Méndez recuerda que quedan todavía inversiones de los ocho millones del convenio con la Junta. Además, la Asociación ha solicitado información de las obras que no se ejecutaron en 2018 y 2019 que se proyectaron con aquel dinero. Tampoco hay respuesta. También quiere hablar con el Ayuntamiento sobre el proyecto en torno al colegio Alberto Sánchez, porque estima que varias de las obras proyectadas ya están ejecutadas. El Tajo ha solicitado información sobre el amianto, que entiende que se podría haber facilitado ya vía on line. Tampoco les han facilitado los proyectos de Edusi o el nuevo hospital. En definitiva, «la falta de reuniones le está sirviendo al Ayuntamiento para hacer lo que le parece».

Méndez también incide en la situación de la vivienda pública en el Polígono. A su juicio, las administraciones no se están coordinando, ni están trabajando como deberían.

En definitiva, El Tajo puede entender los problemas que han traído la pandemia y Filomena, pero la ciudad sigue trabajando, «estamos desinformados y vemos mucha desidia municipal».

De cara al resto de la legislatura, El Tajo insiste en que lo más necesario es dotar al Polígono de accesos suficientes, más ahora que está comenzando a funcionar el hospital. Los atascos para entrar y salir al barrio son diarios a distinta hora. A partir de ahí, reivindica vivienda pública de alquiler. Porque con el hospital, los precios del alquiler se han desorbitado en el Polígono «y tenemos un problema muy importante con la vivienda».

La Voz del Barrio

También Paco Arce se lamenta desde La Voz del Barrio de Palomarejos todo lo que está parado o ralentizado en el Ayuntamiento. Y eso que «tampoco creo yo que haya afectado mucho la pandemia a determinadas actuaciones y propuestas que hemos trasladado desde los barrios y que tendrían que haber hecho». Así, en lo que se refiere a Palomarejos, está paralizado todo lo que tiene que ver con el hospital Virgen de la Salud, «y no sabemos absolutamente nada de lo que se va a hacer con ese edificio». Nada en absoluto. Los vecinos desconocen si el Ayuntamiento le está buscando una salida. Quiere saber Arce qué va a pasar con el barrio de Korea y si se van a rehabilitar sus edificios. En su repaso pasa por la antigua Escuela de Enfermería, edificio infrautilizado. Desconocen también los vecinos si se va a llevar a cabo la actuación anunciada hace dos años para la avenida de Barber, o si hay proyecto siquiera.

Pero Arce se muestra realmente preocupado por el futuro del barrio cuando finalmente termine el traslado del hospital y por el silencio municipal. Tampoco hay noticia sobre el traslado del cuartel de la Guardia Civil. En definitiva «el barrio de Palomarejos está totalmente en blanco, pensamos que el Ayuntamiento no está haciendo absolutamente nada». Solo tienen sobre la mesa una inversión sobre el centro cívico de 100.000 euros, pero la Asociación desconoce en qué consistirá.

Lo que pudo sacar la Asociación en el último Consejo de Participación fue una dotación para la restauración de la ludoteca, cerrada por Cospedal. El Ayuntamiento ya ha dado algún paso.

De cara a los próximos años, Arce ve que en toda la ciudad «faltan remates». Son rincones abandonados en la ciudad con los que no está cumpliendo el Ayuntamiento, espacios libre y terrenos abandonados. También hay muchos árboles afectados por Filomena, que se unen a las necesidades anteriores. Ahí ve una dejación y pide una dotación de arbolado en toda la ciudad.

Finalmente, Arce se lamenta del proyecto de ciudad del Ayuntamiento a medio plazo. No se solucionan los problemas de vivienda o los accesos al nuevo hospital. También se tiene que centrar en la participación ciudadana, «que vamos un poquito lentos».

Iniciativa ciudadana

También para Iniciativa Ciudadana por el Toledo histórico la valoración de estos dos años de mandato municipal está muy determinada por el último año de crisis sanitaria por la pandemia, en un año 2020 donde se han paralizado todos los ámbitos sociales y políticos. En el Casco, apunta su portavoz, Hilario Alarcón, la mayor lección recibida es que, con la desaparición de turistas y el cierre de su sector empresarial, «se ha evidenciado que la única vida real que existe en el barrio, es su vecindario residente. Y también se ha demostrado que la actividad económica del sector empresarial turístico no sirve para revitalizar vecinalmente el Casco histórico como barrio residencial». Desgraciadamente, continúa Alarcón, «en 2021, administraciones e instituciones públicas no han aprendido la lección, y vuelven a promocionar al sector empresarial turístico como único factor de revitalización del Casco histórico, como si no se hubiese demostrado que es un gran error».

Iniciativa entiende que, en urbanismo, teniendo en cuenta que el Casco como barrio residencial, «necesita mantener y recuperar población residente real, y teniendo en cuenta que hay demanda de vivienda y falta de oferta, la prioridad debe ser la recuperación y rehabilitación de viviendas residenciales para ser habitadas por vecindario real, y evitar los falsos vecinos ‘caza subvenciones’ con empadronamientos fraudulentos». También pide una ordenanza municipal que regule y limite los alojamientos turísticos no hoteleros, «una ordenanza prometida en 2015, cuyo borrador ha congelado el Gobierno local por presiones del sector empresarial de apartamentos y viviendas turísticas». A su juicio, han de congelarse todos los proyectos que impliquen convertir inmuebles residenciales en alojamientos turísticos hasta garantizar el número de viviendas residenciales necesarias para que el Casco mantenga y recupere población real, y siga siendo un barrio residencial. Porque según los técnicos en urbanismo, los negocios turísticos en viviendas no deben sobrepasar el diez por ciento del total del parque inmobiliario residencial del barrio, pues se ha comprobado que a partir de ahí, el carácter residencial del barrio comienza a sufrir una creciente e imparable turistificación de viviendas, comercios y servicios. De forma que si el Casco tiene un parque residencial de unas 6.000 viviendas, 600 viviendas sería el límite máximo para utilizar como negocio de alojamientos turísticos.

Alarcón califica de «irrenunciable» la reapertura del Hospitalito del Rey como residencia pública de mayores. El Casco tiene más de 2.000 vecinos mayores de 65 años, que quieren seguir viviendo en su barrio, manteniendo sus relaciones sociales. «No se trata de construir una residencia nueva, sino de reabrir una ya rehabilitada, ya modernizada y ya equipada, y en el Casco no sobra ningún vecino, y menos los vecinos mayores», explica.

Iniciativa también apuesta por que el Casco no quede desenganchado de la sostenibilidad urbana, que no es solo iluminación turística con led de monumentos. Se deben promover los vehículos eléctricos no contaminantes, y la instalación de cargadores públicos para este tipo de vehículos. También debe promoverse la instalación de placas solares domésticas, regularizando la forma de esta instalación para que sea totalmente compatible con el paisaje de un Casco patrimonio de la humanidad.

Por otro lado, Alarcón pide un avance en la participación vecinal en los asuntos públicos municipales. «El Gobierno Local sigue confundiendo informar de los proyectos ya aprobados con participación vecinal. Esta falta de participación vecinal en el Casco se hace muy evidente en los últimos proyectos de reformas de vías públicas del barrio, tanto calle Comercio, como el próximo de calle Reyes Católicos, donde no se aprovecha para la más que necesaria peatonalización de la puerta del Cambrón», explica. Finalmente, pide al Ayuntamiento debe tener una actitud mucho más visible, activa y beligerante en la defensa ambiental por un río Tajo limpio, con caudal y vivo.