Brillan Linares y los 'huertas': el toro vuelve a Villaseca

Mario Gómez
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El coso sagreño volvió a abrir sus puertas en una calurosa tarde en la que los grises de la familia Huertas dieron un gran juego que permitió a los novilleros mostrar sus credenciales. Arrollador Marcos Linares, quien apunta a pasar de ronda

Linares mostró sus buenas condiciones en su debut en la plaza La Sagra - Foto: Mario Gómez

Habían pasado 640 días desde que 'Citavacas' fue arrastrado en el Alfarero de Oro 2019. Aquel, sin saberlo, cerraba el coso de La Sagra para un tiempo más largo que el invierno. Un invierno prolongado más de lo deseado que por el maldito Covid, nos ha tenido ayunos de Villaseca y su personalidad taurina. Afortunadamente, el pasado sábado abría de nuevo sus puertas y, como no podía ser de otra manera, lo hacía con novilleros. Ello le valió saludar una ovación al alcalde de la localidad, Jesús Hijosa, al romper el paseíllo tras los acordes del himno español. La séptima edición del Alfarero de Oro en un renovado formato, donde en vez de tentaderos de vacas, son novillos, dándole más importancia y oportunidades a los que empiezan. Además, el formato de desafíos de ganaderías toledanas da un aliciente más, apoyando al producto de la tierra. Para este primer festejo, se dio lo que se podría denominar como desafío familiar pues las reses lucieron los hierros de las ganaderías de Mª Sagrario Huertas y Víctor Huertas, de encaste Santa Coloma, que lucieron excepcional presencia y gran juego, siendo en su mayoría aplaudidas en el arrastre y siendo premiado 'Clavijito', lidiado en segundo lugar, con la vuelta al ruedo.

Marcos Linares demostró que quiere ser torero. Que tiene formas y condiciones para ello. El toro, el tiempo y la suerte lo dirán. Pero está en el camino. Así lo mostró en la primera de este séptimo Alfarero de Plata de formato renovado. Desde el saludo de capote hasta la brutal estocada, el novillero jienense mostró, que el trabajo lejos de los focos está dando resultados. Corrió la mano con templanza al natural y a pesar de defectos propios de los que empiezan, mostró la frescura de ideas y la capacidad de los que están llamados a cosas grandes. Los asistentes lo supieron reconocer y pusieron en sus manos un doble trofeo que le hace firme candidato a pasar a la siguiente novillada.

No se ha prodigado demasiado Diego Vázquez por Castilla-La Mancha, a pesar de lo cual se erige como grato descubrimiento. El novillero onubense, nacido en Hinojos, destiló torería desde el quite al novillo de su compañero hasta que sin enmendarse se levantó tras múltiples volteretas. Algunas tremendamente feas y duras, que por fortuna no pasaron a más. Poso y gusto con la muleta, que dejaron al respetable con ganas de verlo más, pues la dosis de Vázquez en este Alfarero ha sido grata, pero se antoja escasa ante un novillero cargado de detalles de torería y buen gusto y frescura clásica de ideas.

El novillero de Jaén ofreció una gran dimensión y salió a hombros tras cortar dos orejasEl novillero de Jaén ofreció una gran dimensión y salió a hombros tras cortar dos orejas - Foto: Mario Gómez

El toledano Raúl Puebla fue el encargado de descorchar esta presente edición. Muy voluntarioso, mostró ganas desde el saludo capotero en el que se fue andándole hacia los medios, a un novillo con muchos pies, hasta la faena de muleta, donde firmó pasajes con gusto y en los que agradó al respetable. El novillero de Esquivias se mostró solvente ante un novillo colaborador teniendo una buena actuación en su conjunto.

Alejandro Duarte logró algo que se antoja fundamental en el toreo a día de hoy, conectar con los tendidos. El novillero de Los Barrios, lo recibió de forma alegre y pronto se dio cuenta que tenía materia prima suficiente para tratar de realizar una obra magna. Ya con la muleta, Duarte implementó un toreo vistoso, más que lucido a pesar de lo cual el público estuvo muy con él en todo momento. Faltó ajuste y ceñimiento, a pesar de lo cual las virtudes de Clavijito, permitieron al gaditano rozar los olés. A pesar del fallo a espadas, cosechó una vuelta al ruedo, al igual que su oponente.

El otro toledano del cartel era el mentridano Daniel Pérez. El novillo que le tocó en suerte correspondió al hierro de Sagrario Huertas. El novillo resultó distraído de inicio en los capotes y pareció centrarse en banderillas como de costumbre fue el novillero quien ejecutó el tercio. Bullidor con los palos, Pérez se mostró fácil con los garapullos antes de tomar la muleta, donde se mostró correcto y supo aprovechar las embestidas de su oponente. Lástima el mal viaje que tomaron los aceros y el marrar con el descabello.

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El alcalde Jesús Hijosa fue ovacionado antes del inicio del festejo
El alcalde Jesús Hijosa fue ovacionado antes del inicio del festejo - Foto: Mario Gómez
El buen juego del ganado propició una tarde entretenida
El buen juego del ganado propició una tarde entretenida - Foto: Mario Gómez

El último componente del cartel era El Moli, de Ronda, un novillero espigado que vestía un precioso terno en azabache sobre gris perla y un elegante bordado de flores. El novillero rondeño, mostró su querer y se le atisbaron formas en el manejo del capote, a pesar de que con la muleta, nunca hubo demasiado acople. Toreó al natural e incluso hizo sonar la música, a pesar de que se fue embarullando la faena de mitad hacia adelante, y el manejo de las espadas no ayudó a levantar la obra.