Pilla a desmano en el calendario porque no estaba en los planes ver mañana en acción a Irene Sánchez-Escribano, pero la atleta toledana regresará a la pista para encarar el Campeonato de España de 10.000 metros, también Trofeo Ibérico, que se celebrará en la ciudad portuguesa de Faro.

Sus máximas ilusiones están puestas en la pista, sí, pero en verano, en los 3.000 obstáculos, aunque la corredora del Adidas no va a renunciar a recuperar los éxitos que también acumulaba temporadas atrás en el tartán cuando la temperatura todavía no supera la barrera de los 20 grados.

Sánchez-Escribano quiso ponerse esta meta para centrar la cabeza y evitar la monotonía en los entrenamientos, por la lejanía de las pruebas al aire libre. Pero está claro que siempre que pone un pie para competir, la capitalina va a darlo todo, y va a intentar situarse en el grupo de cabeza, aunque el gran reto será situarse cerca de los 32 minutos. De hecho, incluso está en juego una plaza para el próximo Europeo de la distancia, pese a que tampoco está en su agenda.

Lógicamente, Irene no aparece, por tiempos, entre las favoritas, porque no tiene registros en esta distancia. Sus únicas referencias provienen del cross, donde sí se mueve en esas cifras. Por eso, no descarta colocarse entre las especialistas. Ella misma señala a Maitane Melero como la gran favorita, por el número de títulos que atesora y la experiencia que acumula en la distancia. Sin embargo, no descarta a Esther Navarrete, que se encuentra en un buen estado de forma, ni a Lucía Rodríguez, olímpica en Tokio en los 5.000 metros.

Lo importante es que Irene Sánchez-Escribano se reencuentre con las buenas sensaciones después de la lesión que la apartó del Europeo de cross y de la posibilidad de revalidar su título de campeona de España de esta modalidad. Está claro que sus rivales no la perderán de vista y estarán siempre pendientes de sus movimientos.