Castillos de la provincia de Toledo (VIII)

José García Cano*
-

La fortaleza de Peñas Negras, en Mora, estaba incluida en la dote que se concedió a la princesa Zaida cuando contrajo matrimonio con el rey Alfonso VI de Castilla. Por su parte, en Orgaz disfrutan de un maravilloso castillo de finales del S. XIV

El moracho castillo de Peñas Negras. - Foto: Javier Pozo

La insigne localidad de Mora de Toledo y su castillo de Peñas Negras dan el comienzo a la octava entrega de nuestro repaso semanal a las fortalezas de nuestra provincia. Al igual que algún otro castillo del que ya hemos hablado, Peñas Negras estaba incluido en la dote que se concedió a la princesa Zaida cuando contrajo matrimonio –una vez bautizada- con el rey Alfonso VI de Castilla. Este edificio se encuentra a unos dos kilómetros al suroeste de Mora y se encuentra elevado sobre una gran colina granítica que lo hace más fuerte y difícil de conquistar. En época del rey Alfonso VII se cita como alcaide de ‘Mora la Vieja’ a un tal Munio Alfonso, caballero con fama de buen luchador al cual fue entregada esta fortaleza moracha, en ese momento lugar importante de frontera ante el enemigo musulmán. Sería el monarca Alfonso VIII quien lo donase a la Orden de Santiago en el año 1171 confirmándose este hecho en una bula papal del año 1175. En la Crónica del Rey don Pedro se dice que en el año 1355 envió el citado rey al castillo de Mora a cuatro caballeros de Toledo; en 1358 asesinaron a uno de ellos y poco después su cabeza fue enviada al monarca. Diez años después sería su hermano, don Enrique de Trastámara, quien tomase la localidad de Mora como parte de su patrimonio. También ha servido de prisión este castillo en varios momentos; en el año 1408 un duque preso en él mató al alcaide y huyó a Navarra, aunque fue capturado poco después. En 1421 encerraron en su interior al conde de Urge, quien fue liberado después para entregarle a Juan II de Navarra su hermano. Un año importante en la historia de este castillo es 1568 momento en el cual se segregó de la Orden de Santiago a cambio de 337.837 maravedís y fue entregado al regidor de Toledo don Francisco de Rojas y Guevara, con lo cual formó parte su señorío. Corría el año de 1602 cuando la familia Rojas consigue el título de condes de Mora bajo mandato de Felipe III. Con el pasar de los años fue condesa de Mora y por tanto propietaria de este castillo la emperatriz Eugenia. Se abandonó durante muchos año por lo cual se instruyó expediente mediante el cual su posesión pasó al Estado, quien lo entregaría finalmente al Ayuntamiento de Mora. Este castillo tiene una forma rectangular y alargada, teniendo hacia oriente un gran desnivel que lo hace impracticable desde este punto. Su cuerpo principal con altas y sendas murallas se divide en dos partes separadas por el foso; por un lado la gran plaza de armas con dos aljibes y por otro al septentrión, su fuerte torre del homenaje con una doble mazmorra y los aposentos de dos pisos.

Es sabido que Mora poseyó otro castillo de Peñas Negras (el más antiguo y original), ubicado sobre el cerro Malvecino y levantado en época de Alfonso VII, el cual se edificó precisamente para atacar al castillo de Mora. De este otro castillo se conservan parte de sus cimientos ya que el rey Fernando III ordenó en el año 1224 que se demoliese.

El castillo de Orgaz es el siguiente en nuestro viaje por tierras toledanas, lugar que recomendados encarecidamente visitar por lo bueno de sus gentes y lo interesante de su historia. Se encuentra situado al lado occidental de Orgaz, dentro de la muralla con la que contaba la población y fue levantado a finales del siglo XIV; tiene planta rectangular (32 x 50 m), con una gran torre cuadrada en una de sus esquinas y se halla sólidamente edificado de mampostería. Posiblemente conto con un muro defensivo a su alrededor, compuesto de muro y cava. A principios del siglo XX apenas se apreciaban lo que habían sido sus estancias interiores, construidas seguramente como habitaciones palaciegas ya que esta fortaleza tuvo un uso sobre todo residencial más que bélico. Su puerta de acceso consta actualmente de un arco de medio punto adovelado y enmarcado por columnas con un escudo de la familia Guzmán (el condado de Orgaz pertenece a esta Casa) sobre su clave. En un plano del siglo XIX se indican diversos espacios de los que poseía el castillo como la torre del homenaje, otra torre semicircular, la barbacana, los garitones, adarves y almenas. Este castillo víctima del tiempo como tantos otros, estuvo en proyecto de demolerse hace unas décadas –cosa que afortunadamente no ocurrió-. Los descendientes del condado de Orgaz lo poseyeron hasta el siglo XIX, momento en el cual se desprendieron de él pasando a otros dueños que lo mantuvieron hasta finales del siglo XX, momento en el cual al fallecer su última propietaria pasó a propiedad municipal.

Castillo de Orgaz.Castillo de Orgaz. - Foto: Cristina GómezEn ciertos trabajos arqueológicos que dirigió el reconocido arqueólogo Arturo Ruiz Taboada en 2013, se pudieron descubrir algunas estancias inéditas bajo este castillo, como un sótano de considerables dimensiones que pudo ser una antigua pesebrera y una crujía en el lado este, posible resto de una tercera estancia en el patio junto a las dos conservadas en la actualidad.

Hablar de la villa de Orgaz es hablar del Señor de Orgaz, quien quedó inmortalizado en el cuadro de El Greco; nos referimos a don Gonzalo Ruiz de Toledo protagonista del milagro ocurrido en la iglesia de Santo Tomé de Toledo, en el mes de diciembre de 1323. El actual conde (y no señor) de Orgaz es don Gonzalo Crespí de Valldaura y Bosch-Labrús, el cual además fue presidente de la Asamblea Española de la Orden de San Juan de Jerusalén y al que desde estas líneas enviamos un cordial saludo.

*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.