Los sacerdotes de la diócesis renuevan su promesa

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Cerro les insta a tener cercanía con Cristo, con el arzobispo, con sus hermanos sacerdotes y con todo el pueblo de Dios

Los sacerdotes de la diócesis renuevan su promesa - Foto: Yolanda Lancha

El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, presidió ayer en la Catedral la misa Crismal a la que acudieron decenas de sacerdotes de toda la diócesis para renovar su promesa de servicio. Aunque según la liturgia la celebración debe hacerse el Jueves Santo, al menos en Toledo se adelanta al martes para que los sacerdotes atiendan sus parroquias el resto de la Semana Santa. En la ceremonia se consagra el santo Crisma y se bendicen los óleos.

En su homilía dirigida a los sacerdotes, Cerro les da las gracias por su entrega y por dedicar la vida de servicio a los hermanos, además rememora a todos los que le han ayudado en su camino y felicita a los más veteranos, en especial a dos; uno que cumple setenta años de sacerdocio y a su predecesor, don Braulio, que llega a los 50 por lo que anuncia que se celebrará en la Catedral el 29 de abril.

Entrando al fondo de su disertación, Cerro destaca «cuatro cercanías del sacerdote», según referencia que toma del Papa Francisco. La primera es tener sintonía con Cristo (dar gracias a Dios por los sacerdotes, por ser pastores), dedicarse a la Eucaristía y a la oración para estar en tono vital de santidad.

En segundo lugar tener cercanía del sacerdote al obispo, obediencia sin resquemor, docilidad para tender a la santidad; también tener cercanía hacia los hermanos sacerdotes, la fraternidad, rezar juntos, la confesión, reconocerse pecadores; y finalmente tener cercanía a todo el pueblo de Dios, a las familias, ser sacerdotes sin miedo, dispuestos a dar la vida.

A continuación para renovar las promesas sacerdotales el arzobispo pregunta a los sacerdotes: «queréis renovar las promesas y uniros más fuertemente a Cristo renunciando a vosotros, cumpliendo los sagrados deberes u permanecer como fieles dispensadores de los misterios de Dios y desempeñar fielmente el ministerio sin pretender bienes temporales. Y ellos responden:  «Sí, quiero».