"El ecofeminismo es la búsqueda de una cultura de paz"

A. de la Paz
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Alicia H. Puleo, conocida escritora y filósofa argentina, habla sobre el ecofeminismo y los retos pendientes para alcanzar la igualdad y erradicar la violencia de género

"El ecofeminismo es la búsqueda de una cultura de paz" - Foto: David Pérez

Estamos inmersos en la ola feminista. ¿Es un fenómeno irreversible?

El feminismo vive un momento de auge porque las nuevas generaciones han conectado con el feminismo. Lo cual es bueno. Además es un fenómeno internacional.

Pero en los fenómenos sociales siempre se puede ir hacia atrás y nunca está todo asegurado. De hecho, en el feminismo muchas veces se ha experimentado ese avance seguido de un retroceso. Ha pasado en el siglo XIX y en el siglo XX. Por tanto, siempre puede volver a suceder.

Desde determinadas tribunas del espacio público se cuestiona este movimiento.

Si son personas que tienen hijas o hermanas tendrían que comprender que las mujeres somos personas, que es uno de los lemas del feminismo. En muchos sentidos ha habido una evolución que sí es irreversible, como es la propia conquista del espacio público, del trabajo asalariado o de la autonomía.

¿Qué batallas tienen las mujeres por delante? ¿Cuáles son los retos próximos, las demandas inmediatas?

Una de las cuestiones que se está reclamando, y se tendrá que seguir reclamando en el próximo 8M, es la de un tratamiento adecuado, el más adecuado y efectivo posible, sobre la violencia contra las mujeres. Porque es un fenómeno inquietante y solo se podrá tratar efectivamente cuando se abarque desde todos los niveles, también legales y educativos. Crear una educación basada en el respeto, la empatía y la no violencia; una cultura de paz.

Su obra desarrolla el concepto de ecofeminismo. ¿En qué consiste?

El ecofeminismo es justamente la búsqueda de una sociedad que practique una cultura de paz.

¿Son la ecología y el feminismo compatibles? ¿Comparten aspectos comunes?

Hay varias razones para vincular ecología y feminismo. Una muy sencilla, aunque muy contundente, es que las mujeres, según estudios endocrinológicos recientes, sufrimos más los efectos de las agrotóxicos debido a las características biológicas. Por tanto, la cuestión de una agricultura que no use sistemáticamente e intensivamente los agrotóxicos es una cuestión que le debe preocupar a las mujeres porque son quienes, además de los niños y niñas que no tienen el sistema inmunológico desarrollado, más sufren los efectos de los pesticidas y los herbicidas. Ahí ya tenemos una relación.

Otra relación es que nuestra cultura, hablo de la educación que hemos recibido las mujeres en general, con todas las excepciones que pueda haber individuales, ha sido una cultura del cuidado: las mujeres, en gran medida, nos ocupamos de la mayor parte de los cuidados. En este momento vivimos una emergencia climática, una emergencia de la biodiversidad que está en peligro. Ese cuidado tiene que extenderse a la naturaleza. Los científicos ya están avisando de que para mediados de este siglo, vamos a sufrir probablemente un colapso o una degradación de la vida muy grande. Las mujeres, con nuestra cultura de los cuidados, tenemos algo que decir. Ese algo es enseñar el cuidado y compartirlo.