Emotivo homenaje a «un ingeniero de letras»

Mario G. Gutiérrez
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El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y la Real Fundación Toledo, se reunieron el viernes para homenajear a José Miguel Hernández Vázquez en el décimo aniversario de su fallecimiento

El salón de actos Jaime Valero acogió el homenaje a José Manuel Hernández. - Foto: L.T.

Familiares, amigos y compañeros de profesión se reunieron el pasado viernes en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos para recordar la memoria de José Miguel Hernández Vázquez.

Un acto en el que se puso de relieve la figura de «su toledanismo», tal y como destacó Ricardo Sánchez, ingeniero de montes y amigo desde la infancia de José Miguel. En declaraciones a este medio, Sánchez destacó «la faceta profesional y personal de una persona que se involucró mucho en la democracia, cuando no era lo que hoy conocemos». 

Además de ello, el ingeniero quiso destacar «la faceta literaria de José Manuel», algo que «pudiera pasar inadvertido pero que para nada lo es, puesto que esta faceta queda de manifiesto en las dos novelas que escribió». «Hablar de él podría decirse que es hacerlo de un ingeniero, con estudios de ciencias, pero amplios conocimientos de letras; algo así como un ingeniero de letras», definió.

Precisamente esta faceta literaria también la quiso destacar en sus declaraciones su hijo, Fabrizio Hernández, quien enfatizó la «figura familiar y conciliadora» de su padre, y la capacidad para «alcanzar acuerdos, algo que sus amigos siempre recuerdan».

A pesar de no llegar a conocerlo, el decano del Colegio en Castilla-La Mancha, Juan Antonio Mesones, se mostró satisfecho de reunir «a tantas personas que deseaban mostrar su cariño a José Manuel», por lo que la cita sirve de orgullo también a la institución colegial, ya que se reconoció «la enorme valía profesional y humanística de José Manuel».

El presidente del Presidente del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Miguel Ángel Carrillo, se congratuló «de la tarea que lleva desde hace años desempeñando el colegio, en la que se viene recordando y reconociendo a aquellos que nos precedieron y dejaron su huella en la institución».

Con una amplia trayectoria profesional, destaca las gestiones que realizó durante la sequía de los años noventa, que obligó a suspender el abastecimiento de agua a Toledo desde los embalses de suministro habitual, para que el suministro fuera sustituido temporalmente por las aportaciones del Canal de las Aves, solución transitoria que posibilitó el abastecimiento sin restricciones. 

Ello fue posible gracias a las relaciones políticas que adquirió gracias a su solvencia personal y su capacidad analítica, que hicieron que el ministro Luis Ortiz, de UCD, le nombrara director de su gabinete en el MOPU. Más tarde, el ministro Julián Campo le nombró director general de Obras Hidráulicas. En 1991, el ministro de Defensa, Julián García Vargas, le nombró secretario de Estado de Defensa. Al cesar en sus cargos políticos fue consultor y consejero de varias empresas.

En materia hídrica también se mostró contrario al trasvase Tajo-Segura, porque según se explicó en el acto «era contrario a los intereses de Toledo», algo que iba en contraposición de su «marcado toledanismo».