Va tocando aterrizar

J. M. Loeches
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El CD Toledo busca su quinta oportunidad de aparecer por fin en Segunda RFEF ante un CD Marchamalo que puede atropellar a Diego Merino

Va tocando aterrizar - Foto: Yolanda Lancha

La situación es extrema, pero, ¿dónde está el límite? Para el aficionado del CD Toledo ya se ha estirado tanto el chicle que no hay ánimo para un disgusto más. Aun así, el domingo a las 18:00 horas estará en su asiento del Salto del Caballo o enfrente de una pantalla para ver a su equipo. Ese que le enamora y hace sufrir a partes iguales. Porque como decía Mecano, ‘amar’ es el empiece de la palabra amargura.

No se puede pensar en eso. Pero hay hueco. El caso es que los verdes tienen su quinta oportunidad de plantar los pies en la Segunda RFEF. Todavía no lo han hecho. No solo por los cero puntos sino porque ni por juego ni por casta ni por una mezcla de las dos, han conseguido ganarse adeptos. Ahora nadie cree en esta plantilla. Y mucho menos en su entrenador. Diego Merino está en medio de la carretera, a merced del autobús del CD Marchamalo, un rival que puede pasar de verse avasallado históricamente, a ser verdugo de entrenadores. Hace nueve meses atropelló a uno. Ahora tiene a otro a tiro.

Y es que, lo peor que le podía pasar al CD Toledo después de lo grotesco del 1-4 contra el Calvo Sotelo Puertollano, es encadenar otro partido en el banquillo de los acusados. Lo idóneo hubiera sido salir fuera, tomar aire y buscar esas nuevas posturas en la tranquilidad de otros campos. Porque este domingo al lado del Tajo, el ambiente puede ser insufrible. A quien pide, hay que darle.

En lo meramente deportivo, hay que ver cómo evolucionan los lesionados, aunque es seguro que Migue García no va a estar por sanción, mientras que César Ortiz y Arturo Segado son bajas por lesión. A partir de ahí, deben arrancar los cambios. Ahora mismo, cualquier revolución es ínfima. A Merino se le podría ocurrir poner de titular a Adrián Jiménez. Luego, adelantar a Mamau al medio campo. Y, finalmente, jugar con dos delanteros, uno de ellos Iván Cédric, el diferente. Quizás alguna se cumpla.

Pero el once solamente está en su cabeza. Lo que sería un chasco antes de empezar, es ver el mismo equipo y/o la misma disposición. Ya no hay excusas para buscarle los tres pies al gato. Está todo perdido (y no porque el técnico tenga pie y medio fuera) sino porque el CD Toledo necesita engancharse cuanto antes a la temporada. Tiene por delante otra competición, la Copa de Federación, que cuando parecía que se acogía con gusto, vuelve a estorbar porque lo importante es la Liga. A ver si con un partido cada tres días, es posible levantar el ánimo. Solo se conseguirá ganando. Y para ganar hay que jugar.