Las efemérides no solo recuerdan hechos pasados, sino que contribuyen a construir la identidad colectiva de toda comunidad, evocando a quienes protagonizaron acontecimientos singulares de la historia, poniéndolos en valor y rememorándolos para que no sean olvidados. Llevamos una semana pródiga en ellas. El Día del Libro, coincidente con el aniversario de la muerte de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso; el 25 de abril y la portuguesa Revolución de los Claveles, con su siempre emotivo 'Grândola Vila Morena'; y el próximo domingo, el Primero de Mayo, que en este 2022 cumple ciento treinta años de su primera celebración en Toledo
Reunido en París en 1889, el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional acordó celebrar en la fecha del uno de mayo el Día Internacional de los Trabajadores, como jornada reivindicativa y de homenaje a los "mártires de Chicago", cinco obreros anarquistas condenados a muerte tras los sucesos acaecidos durante una huelga en defensa de la jornada laboral de ocho horas. Tres años después, tal conmemoración llegó a Toledo promovida por la recién creada Agrupación Socialista, la entidad política más veterana de la ciudad y que esta tarde celebra asamblea para renovar a su ejecutiva local, en la que  la alcaldesa Milagros Tolón será la primera mujer elegida para su secretaría general.
Aquel Primero de Mayo en Toledo hubo un mitin en el Teatro de la Estrella reivindicándose las ocho horas y criticándose a los 'holgazanes' que no hacían nada más que comer cuanto los trabajadores producían. Liderados por el albañil Manuel Reyes, también organizaron un té en el que se brindó por Carlos Marx y por la prosperidad del Partido Socialista. En años sucesivos, la convocatoria fue festejada, además, con meriendas campestres en el Arroyo de la Rosa, cerca de la estación ferroviaria.
Así fue como arrancó aquí esta celebración obrera. Por ello, cuando el domingo volvamos a salir a las calles apoyando reivindicaciones necesarias para que la igualdad y la dignidad continúen ganando enteros en el mundo del trabajo y, por extensión, en cualquier otro aspecto de nuestra vida comunitaria, recordar a quienes en 1892 promovieron aquel primer Primero de Mayo toledano, será un acicate más para seguir caminando firmes hacia cuantas mejoras sociales y laborales aún quedan por conquistar.