Una fría marea recorría la calle Cardenal Cisneros cuando abrió sus puertas la Catedral de Toledo para que hiciera acto de presencia en la calle la Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo del Amor junto a los cánticos del Miserere Mei, entonado por los seminaristas del Seminario Mayor.
Un frío similar al que, según los escritos, se daba allá por 2005 cuando empzó a fraguarse con firmeza las bases de lo que sería la Cofradía. Es en junio de 2009 cuando se funda, siendo erigida canónicamente en septiembre del mismo año, por Braulio Rodríguez Plaza, Arzobispo de Toledo, Primado de España, siendo Consiliario de la Cofradía Juan Domingo Villagarcía.
A pesar de tener su sede canónica en la Parroquia de San Juan de la Cruz, y tener fijada tanto la salida como la llegada de la procesión en el Real Monasterio de Santa Isabel de los Reyes, en este 2022 al ser elegida para presidir el Vía Crucis del Martes Santo, salió y se recogió en la Catedral de Toledo, donde también se invocó una oración final.
Pasadas las 01:00 horas el Cristo recorría sus últimos metros antes de volver a la Catedral. - Foto: L.T.Una procesión diferente a la de otros crucificados por varios motivos y que la hace singular en tanto en cuanto que se realiza en función de meditar la Pasión de Jesús siguiendo sus Palabras en la Cruz. Por ello durante el recorrido, en siete paradas programadas, se reza el Sermón de las Siete Palabras, entonandose cánticos tras cada una de ellas.
Siete paradas que se correspondieron con la Puerta salida de la Catedral, Plaza de San Salvador, Iglesia de San Clemente, Plaza de Santo Domingo el Antiguo, Plaza Santo Domingo el Real, Plaza de Santa Clara y la Plaza de San Vicente. Un recorrido que tuvo una parada especial en la Capilla de la Adoración Perpetua, ante la cual se realizó una oración especial y se depositó un presente en forma de centro flores en tonos naranjas.
Otra de las particularidades es la de que se convirtió en el primer cristo que, a pesar de estar crucificado no se portaba de forma vertical sobre andas, sino que es portado sobre unas sencillas andas metálicas para ocho cargadores cargando a doble hombro. El diseño de las andas posibilita que la imagen se porte en un plano inclinado de 25 o 30 grados lo cual facilita la percepción del sufrimiento de este Cristo de rostro sereno. Uno de los momentos diferenciales de esta estación de penitencia es el paso por el cobertizo de Santo Domingo el Real ya que los costaleros tienen que bajar la Imagen de las andas y portarla directamente a hombros.
El cortejo portaba diferentes elementos de la Pasión de Cristo. - Foto: L.T.A pesar de no tratarse de una talla muy antigua, fue obrada en 2007, goza de una buena aceptación, así como un amplio cortejo en el que los cofrades visten túnica gris ceñida con cíngulo beige, capelina y escapulario negro, yendo bordado el escudo de la Cofradía en blanco sobre el mismo. Sobre el pecho cuelga la medalla pendiendo de un cordón blanco. Remata el hábito guante negro. La medalla, en forma de cruz rodeada por el óvalo que representa el escudo tiene en el anverso la leyenda "Inflamma cor nostrum amore tui" y en el reverso la inscripción "Cofradía del Santo Cristo del Amor".
El escudo de la Cofradía está compuesto por un óvalo negro, ribeteado con un filo blanco, en el que se presentan, entrelazadas e insinuando las tres cruces del calvario, las letras JHS, siglas de Jesús Salvador de Hombres (Iesus Hominum Salvator). Las letras son de color blanco y quedan rematadas en puntas en sus extremos. El óvalo, que queda sujeto por cuatro clavos en clara alusión a los que caracterizan a nuestra imagen titular, se ve bordeado en su parte inferior por una filacteria, también negra, con la leyenda "Inflamma cor nostrum amore tui ("Agranda nuestro corazón con tu amor").
Pasadas las 01:15 la talla del Cristo del Amor bajaba el Arco de Palacio con destino la Catedral, donde se recogió sin en esta ocasión haberse encontrado con ningún titular de otra hermandad.