Cerro opta por controlar el avance de la grieta del mural

Lola Morán Fdez.
-

El ceramista autor del mural situado en una fachada del Etnográfico precisó que la fisura apenas ha variado desde que se inauguró y se decanta por restaurarlo en un año si sigue igual

Cerro opta por controlar el avance de la grieta del mural

El ceramista Antonio García Cerro, autor del mural de Mondas ubicado en una de las fachadas laterales del Museo Etnográfico, es partidario de controlar el avance de la grieta presente en este mural antes de adoptar medidas al respecto. En declaraciones a este diario, Cerro recordó que la grieta ya se encontraba en el momento de la inauguración, el 5 de junio del año pasado, ya que se hizo visible en el momento en que se daba la lechada a la obra. En concreto, el mural mostraba ya una ligera fisura en 14 azulejos, en la séptima hilera del panel.

Sin embargo, sí reconoció que ha aumentado desde esa fecha, si bien «ha aumentado aproximadamente un milímetro más o menos». Así, Cerro manifestó que viene controlando esta brecha desde que apareció e incluso la restauró «en frío» en su momento, si bien ahora «al dilatar más ese milímetro, ha roto lo restaurado». Tras esa restauración, se aplicó un producto para impedir la entrada de agua en el barro y evitar de esta manera «que salte el esmalte».

Para Cerro, las medidas a adoptar ahora ante el aumento de la brecha en el mural pasan por «dar si acaso otra mano más y esperar un año más para ver ya si sigue avanzando o no, si se queda ahí ya, y luego restaurarlo otra vez de nuevo».

Desde su punto de vista, es probable que la grieta «no vaya a más», puesto que desde el Ayuntamiento también en su momento adoptaron medidas «para evitar que se siguiera moviendo la dilatación». En concreto, se procedió a abrir una zanja en la acera, en el lateral derecho del panel, lugar donde se inició la grieta para intentar repararla y que no volviera a reproducirse.

En ese momento, desde el Consistorio apuntaron que esta fisura podía deberse a la inclinación de la calle, lo que provoca una presión sobre el muro, o a problemas con la dilatación. Así, se apuntó que era el único mural donde había aparecido este problema y recalcaron que el sistema constructivo y el muro de soporte de los azulejos cerámicos es el mismo que el del mural de los pescadores, a escasos metros, y el dedicado a la Hermandad de San Isidro.

Cerro señaló ayer a este diario que la rotura en cuestión está en la pared donde se ha colocado el mural, por lo que si se quitaran los azulejos para sustituirlos por otros nuevos «se volverían a romper».

Por eso, desde su punto de vista lo más idóneo es «dejarlo como está, curarlo y, si sigue avanzando pondría unas lañas, que formarían parte de la propia obra». Otra opción pasaría por «esperar un poco más, un año para ver si sigue avanzando o no, y si sigue igual luego restaurarlo», algo que descarta llevar a cabo ahora por si sigue ampliándose la grieta.

Esta restauración se haría «en frío» con colores que imitan a los de la cerámica. En ningún caso se sustituirían los azulejos dañados, puesto que dado que la grieta está en la pared «se romperían también», recalcó el ceramista.

Este mural de Mondas elaborado por Cerro tiene unas medidas de 20,20 metros de longitud por 3 de alto y un total de 1.515 azulejos, en los que se reflejan los orígenes y la historia de las Mondas desde la época de Ceres hasta la Época Moderna. El ceramista empleó un año y medio en su elaboración.