La cerámica de la iglesia de Piedraescrita brilla de nuevo

Leticia G. Colao
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A los murales ya ubicados y completamente restaurados se suman los formados con los 680 azulejos hallados en cajas en la techumbre de la Iglesia. Los azulejos son del siglo XVI y tienen origen talaverano.

La cerámica de la iglesia de Piedraescrita brilla de nuevo - Foto: Restauradores de Obras de Arte Asociados

La iglesia de Piedraescrita luce como nueva tras el proceso de restauración al que ha sido sometida en los últimos tres años. En su interior, auténticas joyas cerámicas del siglo XVI o principios del XVII restauradas tras el deterioro del tiempo y de las humedades, y otras nuevamente instaladas tras el hallazgo de cajas con 680 azulejos más. La preciada azulejería, talaverana desde un principio aunque ahora se prefiere no concretar su origen por diferencias en la forma de realización de los dibujos, y el Pantocrátor del ábside, convierte al singular templo en una «grandiosa» obra de arte.

Enclavada en el municipio de Piedraescrita, anejo de apenas 20 habitantes de Robledo del Mazo, la iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en 1992, aunque sigue siendo tan desconocida como valiosa. Pequeña y semienterrada supone uno de los grandes tesoros de La Jara, revalorizado tras este complejo proceso de restauración.

La primera impresión que provoca, también a los profesionales, es de «sorpresa, admiración, nos quedamos con el corazón encogido, boquiabiertos porque no te lo esperas tan grande, tan grandioso», indica Carolina Peña, una de las restauradores encargadas del trabajo, sobre los revestimientos cerámicos, todos con escenas evangélicas. En un primer vistazo, incluso puede dar la sensación de una pequeña Basílica del Prado, ya que las imágenes recuerdan mucho a las de la conocida como Capilla Sixtina de la Cerámica.

La cerámica de la iglesia de Piedraescrita brilla de nuevoLa cerámica de la iglesia de Piedraescrita brilla de nuevoEl proyecto se inició en noviembre de 2018, aunque en un principio el equipo de restauradores tenía un único objetivo, rehabilitar la cerámica que recubría el templo, con el aporte económico del Arzobispado de Toledo y la Diputación  Provincial. Con el tiempo, los profesionales, contratados por la empresa Restauradores de Obras de Arte Asociados, encontraron guiados por los vecinos, diferentes cajas escondidas «en la techumbre de la iglesia, en el suelo del antiguo campanario, a buen recaudo», comenta Peña. Y el trabajo se duplicó.

El estado de los paneles de cerámica de la iglesia era bastante malo, con condensación de suciedad, humedad, y riesgo de desprendimiento en algunos casos. A esto se suma que algunas piezas estaban desordenadas o parcheadas el sitios que no les correspondían. El equipo de restauradores, del que también forman parte Antonio Perla, conservador, María Collar y Mercedes del Pino, reordenaron las composiciones, lo que ha permitido apreciar la verdadera magnitud del conjunto. Técnicamente, el dibujo y la forma de ejecución de unos y otros son diferentes. La calidad del dibujo también varía, pero sobre todo porque se corresponde con diferentes modos de entender las composiciones, no tanto porque unas sean mejores o peores, explica Perla.

El proceso, que se ha visto interrumpido por el confinamiento, el Covid o Filomena, fue complejo desde el principio. El estado del mortero de cemento de los azulejos de la iglesia era muy duro, lo que impidió arrancar todos los paneles «al correr peligro los azulejos». También fue difícil y laboriosa la limpieza de las piezas, con superficie impermeable y adherencias de todo tipo.

La cerámica de la iglesia de Piedraescrita brilla de nuevoLa cerámica de la iglesia de Piedraescrita brilla de nuevo680 nuevos azulejos. A los murales cerámicos presentes en el templo se sumaron las piezas halladas tiempo después. Esto cambió la valoración del trabajo, ya que además de restaurarlos, debían ordenarlos y encontrar su ubicación en el interior del templo. El proceso de rehabilitación tampoco fue fácil. La conservación de las 680 piezas era mala, con «bastantes azulejos completos o con pequeñas perdidas, y muchísimo material fracturado».

Para ordenarlos y ubicarlos de forma correcta, como un gran rompecabezas, se han orientado con las signaturas que figuran al dorso de cada pieza, explica Peña, además de la diferencia en los dibujos al ser varios los pintores autores de las obras. Sin embargo, no todo ha encontrado su lugar, ya que fueron objeto de un robo en los años 80,  faltando un buen número de rostros, «pero las hemos colocado para que se conserven in situ».

Cabe destacar que los murales de cerámica se han montado sobre paneles, no directamente sobre los muros de la iglesia, permitiendo que circule el aire y evitando un deterioro futuro procedente de humedades.

La cerámica de la iglesia de Piedraescrita es importante en todo su conjunto, aunque destaca el mural del Juicio Final. Ubicado en el arco principal del altar, «es realmente especial y espectacular», indica Carolina Peña. Este mural, que es el más antiguo y se completa con  los seis paneles que conforman la base del arco y los dos dentro del  presbiterio, está pintado directamente sobre el  azulejo, destaca Antonio Perla.

A su lado, en los laterales, destacan el altar con retablo de la Pasión y el de la Virgen del Rosario, donde además se descubrió una hornacina tapiada que ya acoge la talla de la Virgen -también de cerámica y del siglo XVI-, que fue enterrada y rescatada en los años 70 y rehabilitada posteriormente. También destaca la composición de San Cristóbal rodeado de los padres de la Iglesia, y la escena de la Magdalena en la parte inferior, o la de los soldados de los Tercios de Flandes. Las imágenes evangélicas recogen episodios de la vida de Cristo desde el Nacimiento hasta la Crucifixión.

El haber podido reordenar ligeramente las composiciones, ha permitido apreciar la verdadera magnitud del conjunto, explica Perla, quien además considera «el dibujo de la azulejería es estupendo, uno de los conjuntos de azulejería más importantes de España».

El próximo viernes 22, presidido por el Arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro Chaves, será inaugurada la espectacular restauración, que le da al templo una imagen muy similar a la de su origen. La iglesia ya se muestra recubierta en su mayor parte de cerámica y a la espera de un mayor número de turistas dispuestos a disfrutar de la pequeña gran joya de la comarca de La Jara.