El Ayuntamiento de Toledo está barajando trasladar el servicio de préstamo de la Biblioteca del Polígono a alguna sala del Centro Social Polivalente mientras duren las obras de reforma. Así se lo ha comunicado a la Asociación de Vecinos El Tajo, que ve como mal menor la mudanza, si con ello se consiguen mejores dotaciones, el tan reivindicado horario de mañana y tarde y el espacio suficiente para poder catalogar y sacar para su uno los muchos fondos almacenados.

Tras el lavado de cara de la pasada legislatura, el Ayuntamiento se ha tomado en serio el arreglo de la Biblioteca del Polígono, situada en el antiguo centro social visitado por Juan Pablo II en 1982. En concreto, va a invertir 700.000 euros, sobre todo, en renovación eléctrica y climatización del inmueble.

Previsiblemente, la obra se adjudicará en diciembre, para comenzar a principios de año, y el plazo de ejecución de seis meses. Unos seis meses en los que el edificio tendrá que cerrar y el servicio quizás pueda prestarse en otras instalaciones municipales. Esa es al menos la intención del Ayuntamiento. El concejal de Cultura, Teo García, se ha puesto en contacto con la Asociación de Vecinos El Tajo para consultarle qué salas del Centro Social Polivalente.

Mejoras. En un barrio con los habitantes que tiene el Polígono, apunta el portavoz vecinal, Víctor Villén, parece lógico ya que se ponga en marcha la Biblioteca en horario de mañana y tarde. Además, de esta forma también se podrían sacar todos los fondos archivados. Recuerda la Asociación de Vecinos que incluso los trabajadores de Alcatel donaron una importante dotación de libros que, hasta donde los vecinos conocen, no se han podido sacar todavía a las estanterías.

Para Villén, lo importante es que «la Biblioteca se mantenga, se potencie y se ponga en valor», sobre todo con vistas a los estudiantes y a los usuarios de un barrio, donde hay gente que la utiliza casi a diario. De ahí que vea con buenos ojos el necesario esfuerzo para la climatización, pero no solo eso. El cambio de vidrios exteriores permitirá no solo un ahorro de energía, sino también que se quiten las rejas «de pescadería» que daban una pésima imagen de las instalaciones. También mejorará la accesibilidad y se hará una reordenación de espacios, que va a permitir quizás sacar esos fondos acumulados y permitirá que las personas que quieren concentrarse en la lectura o el trabajo estén más aisladas.