Anchuras y su zona de influencia inaugura mañana sábado la Ruta Literaria Enjambre, que pone de relieve que hay alternativas para luchar contra el problema de la despoblación en la España vacía.

Enjambre es una ruta lineal, de 12 kms (Anchuras -- 7 Kms -- Enjambre -- 5 Kms -- Collado Piedralba), basada en la reconocida novela homónima del escritor Rafael Cabanillas Saldaña, siendo en estas tres localizaciones donde se desarrolla la obra. El autor participará enl a ruta, con salida a las 10 horas, hasta llegar a la aldea, recorriendo sus calles y dando a conocer los paneles y murales que representan pasajes de la novela.
Una obra que pone en valor este territorio, rindiendo homenaje a las gentes de estas sierras, verdaderos héroes que luchan contra el abandono y la despoblación, sin perder jamás la dignidad. Una reivindicación de una vida armoniosa con la naturaleza, que ama y cuida la tierra y los animales, "y que no debería desaparecer, pues en ello nos jugamos la conservación o la destrucción del planeta".

Enclavada en un rincón profundo y virgen de la península Ibérica, entre riscaleras, encinas, quejigos y alcornocales, en un extremo de la provincia de Ciudad Real, justo en el vértice lindero con Toledo, Cáceres y Badajoz. Es La Jara, la sierra de La Hiruela y de Altamira, estribaciones de Los Montes de Toledo. Allá donde se libró una batalla "pacífica", no permitiendo que Anchuras se convirtiera en un campo de tiro de cazabombarderos del ejército español y de la OTAN. Una victoria de la razón, de la palabra, del pueblo que se movilizó en contra, con ayuda del mundo del arte y  la cultura: Luis Eduardo Aute, Paco Ibáñez, Luis Pastor, José Antonio Labordeta, Hilario Camacho y Javier Krahe..., entre otros muchos.

La ruta literaria Enjambre lucha contra la España Vaciada - Foto: L.T.

Sin embargo, la batalla que ahora se libra es de otro calibre, "aunque igualmente cruenta, callada, dañina, y se llama despoblación". Aldeas, como la de Enjambre, en la que vivieron cincuenta familias, con su cartero, sus huertas y colmenas, su maestra y su escuela, llenas de vida, y en la que desde hace años ya solo viven dos familias. Tres personas, ancianas, a punto de la extinción.
Pero para poner voz a ese grito resignado, mudo y silenciado, está la literatura, los libros. Demostrando que la cultura, nuevamente, puede ser un arma ejemplar para luchar contra el éxodo de sus pobladores. Un acicate para el desarrollo, que ayude a cortar la sangría. Para sacar del olvido, para recolocar en el mapa, para dar oxígeno y vida. El poder de un libro para llenar la España vacía.

La ruta puede hacerse en su totalidad o en parte; a pie, en bicicleta, en caballería, o en cualquier medio de locomoción, por un espacio natural único, en el que, además de su belleza, se pondrán en valor usos tradicionales como el pastoreo, la fabricación de queso y miel, o la riqueza cinegética, muy presentes en la novela. Y qué podrán contemplarse en los murales de la aldea de Enjambre, epicentro de la ruta.

Se ha prestado especial interés, dado que Tiresias, el pastor protagonista de la novela, sufre una discapacidad visual, en conseguir la accesibilidad en la lectura de todos los paneles y atriles de la ruta. De manera que todos cuentan con una imagen QR, marcada en relieve en el metacrilato, a través de la cual se podrán escuchar los textos explicativos del panel, grabados expresamente por el propio autor de la novela.

La iniciativa y la financiación del proyecto han corrido a cargo del Ayuntamiento de Anchuras, al que pertenece la pedanía de Enjambre, y la Diputación de Ciudad Real. Con la colaboración de Rafael Cabanillas, autor de la obra Enjambre, editada por la editorial toledana Cuarto Centenario que también ha colaborado en los diseños. La ejecución es obra de Senderismo a la Carta y las ilustraciones  de los murales de Colossus Studio, inspiradas en la obra del dibujante alemán Karl Alexander Wilke y del italiano Duilio Cambellotti. Con lo que la aldea de Enjambre, a punto de desaparecer, se convierte en un museo al aire libre digno de conocer. Demostrando que, más allá del lamento y el olvido, hay alternativas –en este caso gracias a un libro, a la imaginación, al amor al senderismo, al arte y a la naturaleza –, al pernicioso fenómeno de la despoblación.

Realizar la Ruta Literaia Enjambre es, además, una magnífica excusa para continuar la  visita, saltando el collado de Piedralba de tan gran valor paisajístico y geológico, por el impresionante valle del Gévalo, con Navaltoril y Piedraescrita, muy presentes en la novela, y el Parque Nacional de Cabañeros, del otro lado de la sierra. También a la Siberia extremeña con el pantano del Cijara, que aparece reiteradamente en la obra literaria.