Bomba de relojería en Moncloa

Maricruz Sánchez (SPC)
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Las diferencias ideológicas cada vez más marcadas en el ala morada de la coalición complican la estabilidad del Gabinete y agrandan la brecha entre Unidas Podemos y la vicepresidenta Yolanda Díaz

Bomba de relojería en Moncloa - Foto: Emilio Naranjo

Lejos de apaciguarse, las tensiones en el seno del Gabinete de coalición continúan latentes a medida que avanza la legislatura, de tal modo que a cada cuestión de calado que afecta al Gobierno afloran y ponen de manifiesto una fragilidad que en cualquier momento podría hacerlo saltar por los aires. Bajo la amenaza constante del tic tac de esa bomba de relojería, se mantiene el frágil equilibrio del Ejecutivo, esta semana tensionado de nuevo a cuenta de la guerra en Ucrania.

Todo empezó con el choque entre el PSOE y Podemos por el envío de armas al país invadido, algo que se intentó reconducir sin éxito y que ha terminado estallando de nuevo en los últimos días, ya focalizado en otro ámbito más amplio: el incremento paulatino del gasto en Defensa que el presidente Pedro Sánchez ya ha confirmado que hará, digan lo que digan sus socios, por una cuestión de lealtad a la UE.

De hecho, los socialistas apelaron a la responsabilidad de Estado de los morados para convencerles de su decisión de elevar el presupuesto militar de España, un empeño que no logró sus frutos. Es más, la medida sirvió para que las diferentes formaciones que componen el ala confederal del Ejecutivo cerraran filas rechazándola al entender que la respuesta a la crisis desatada por la guerra debía tener una respuesta en forma de «escudo social y verde». 

Podemos trataba así de dejar atrás la polémica que suscitó la división inicial en la respuesta al envío de armas a Ucrania, que los morados rechazaron de pleno, llegando a llamar al PSOE (aunque sin citarlo) «partido de guerra», mientras los comunes y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, mostraron públicamente su apoyo a un asunto que, como señalaron, «va más allá de ideologías».

Los morados saben que deben achicar la brecha que existe (aunque lo nieguen oficialmente) entre su líder, Ione Belarra, y Díaz. Entienden que estas diferencias pueden poner en peligro un proyecto electoral conjunto a medida que se vayan acercando los comicios presidenciales, previstos para 2023 si no hay adelanto electoral.

Abordar las diferencias

Para apaciguar los ánimos, esta pasada semana se celebró un foro de coordinación de los cinco ministros de Podemos. El objetivo del encuentro, cuyas conclusiones no trascendieron, era abordar las discrepancias y evitar escaladas de tensión en la coalición porque no hay otro ámbito para dirimir estas diferencias. Y es que, la mesa confederal lleva meses sin reunirse y tampoco lo hace el grupo parlamentario ni la dirección del grupo.

Muchos en el ala morada censuran que su ex secretario general, Pablo Iglesias, no ceje en sus críticas a las políticas del PSOE y marque constantemente el paso a Belarra en este frente, más de un año después de abandonar la actividad política, algo que creen perjudica a Díaz y desgasta a Podemos. 

A eso se suma que hay reproches en el partido hacia su actual líder y previsible candidata electoral (si es que finalmente así se decide), ya que afirman que Belarra continúa sin contarles nada o muy poco de su proyecto. En la formación se preguntan cómo pretende articular su proyecto y qué papel van a tener sus miembros en la candidatura, justo lo contrario que en Izquierda Unida y los comunes, que respaldan a Díaz sin hacer preguntas.

Con la vista puesta en las urnas, y tensiones políticas aparte, la mayoría en el partido morado cree que no debe ponerse tanto el foco en Díaz, ni atosigarla, sino arroparla para que un futuro proyecto electoral no termine descarrilando y para no hacer peligrar la actual legislatura. Ya lo expresó el coordinador general de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón: «Podemos debe adecuarse a su nueva situación en la coalición de Gobierno, donde ya no es el actor principal, sino que ahora lo es la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz».