Miles de personas poblaron las calles de Yuncos al reclamo del toro. La Asociación Toro Enmaromado de Yuncos redobló su apuesta y enmaromó dos toros, programando un cartel que hizo que la localidad se desbordase de vecinos y foráneos que querían vivir de primera mano esta Fiesta de Interés Regional.

El primero de ellos fue Garlitero, un cuajado animal de Fuenterroble que protagonizó una primera parte del recorrido muy veloz, pero que redujo su marcha a la mitad del recorrido permitiendo la cercanía de los mozos que lo acompañaban. Más de una hora de recorrido que concluyó sin incidentes graves y que sirvió de preámbulo al toro de la ganadería de Victorino Martín.

Cucurucho al fin pisó las calles de Yuncos. Hubo que esperar casi dos meses, pero la espera fue dulce pues bien vale ver a un toro de tal estampa honrando esta tradición. El júbilo fue pleno cuando Cucurucho recorrió los últimos metros y entró al cajón. Entonces unos fuegos artificiales visibilizaron la alegría de un pueblo, y la libertad de sus tradiciones. 

El dato desagradable fue un joven corneado. Según declaraciones del doctor Hevia tras la intervención, se trata de una cornada extensa, de unos 25 centímetros, que a pesar de no afectar a vasos importantes, ha requerido ser intervenida en el quirófano movil, con pronóstico grave.