Christian López ya va por 102 récords Guinness. Tras superar recientemente la centena, el atleta de Cabañas de la Sagra ha sumado dos más a la colección: el de la mayor duración controlando una pelota con una raqueta de squash y el del mayor número de toques con la parte anterior y posterio de una raque de tenis durante 30 segundos.

Guinness Word Records ya le ha comunicado que está en su poder, después de cotejar todos los datos presentados por el deportista toledana. Así las cosas, el de la raqueta de squash lo ha pulverizado, con 4 horas y 10 minutos, casi duplicando el anterior. Por su parte, el del mayor número de toques con una raqueta de tenis en 30 segundos lo añade al mismo récord en 1 minuto, que ya tenía el propio Christian López de tentativas anteriores.

Por lo demás, el recordman español ha dedicado lo que va de año a acumular entrenamientos de cara a sus próximos retos de este 2023. Asimismo, ha tenido que recuperarse de un desgarro en el isquiotibial de su pierna derecha. Este contratiempo, eso sí, no le hizo parar, simplemente bajó la intensidad de las sesiones específicas para pasarse a la bicicleta y a los ejercicios de fuerza, aunque sin forzar.

Su siguiente objetivo será apoderarse del kilómetro corriendo hacia atrás. Actualmente, está en poder del norteamericano Aaron Yoder, con 3 minutos y 22 segundos. Como reconoce el propio toledanos, ya está registrando en los entrenamientos 3 minutos y 25 segundos, por lo que se encuentra cerca de desbancar al estadounidense. Se trata de una disciplina, el 'retrorunning' en la que Christian ya tiene otros récords en sus piernas, como el de los 100 metros. De hecho, en sus planes también se encuentra abordar el de los 200 metros corriendo hacia atrás, que ese encuentra en una marca exigente de 30.99.

Mientras tanto, está pendiente de la aprobación de otro desafío muy curioso, el de los 50 metros más rápidos con los ojos tapados. El mejor registro lo tiene todavía el alemán Andre Ortolf, conseguido en marzo del año pasado, con 6 segundos y 31 centésimas. Christian López lo pulverizó en su intento, con un registro de 5.77 que, de momento, no es oficial. Lo curioso es que esta marca se encuentra muy cerca de los tiempos que marcan los atletas profesionales en esta distancia, sin taparse los ojos.