La Fuerza despierta en Toledo

Francisco J. Rodríguez
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Hace mucho, mucho tiempo... en una Ciudad Imperial no muy lejana... Javier de Miguel Varela, trabajador, padre de familia y soldado de asalto imperial es el único miembro censado en la provincia que pertenece a la 'Spanish Garrison de la Legión 501'

Es complicado ser un soldado de asalto imperial en Toledo. Más aún desde el estreno mundial de la nueva película de Star Wars. La fuerza ha despertado por séptima vez en las salas de cine y, como no podía ser de otra forma, las calles de la Ciudad Imperial no podían quedar libres de su plaga.

«El Imperio tiene una legión de leales soldados en suministro ilimitado». Son palabras del difunto Darth Vader. Y son verdad más allá de la ficción.

Javier de Miguel Varela, madrileño de nacimiento y toledano de adopción desde hace diez años, es el soldado de asalto TK3768. En el Imperio Galáctico no existen nombres, solo un número de serie que diferencia a un soldado de otro. El problema de ser un clon.

Por suerte, Javier no lo es. Es un padre de familia de 39 años que vive en Nambroca, tiene dos hijos, de 4 y 2 años, trabaja a diario y, los fines de semana que puede, saca un rato para disfrutar de su pasión por Star Wars.

Desde que tiene uso de razón ha estado vinculado a la popular saga de George Lucas. Su tío ya tenía naves y muñecos que enseguida heredó, una colección que ha ampliado hasta límites insospechados y que sigue creciendo día a día. «Lo último que me he comprado es el nuevo modelo de caza TIE, y hay cosas que aún tengo sin sacar de la caja», confirma.

Ha perdido la cuenta de las veces que ha visto las películas de Star Wars, pero tiene claro que se queda con la trilogía inicial, y más concretamente con ‘El Imperio contraataca’. Sin contar el reciente estreno, con el que asegura estar «encantado».

La afición de Javier por la Guerra de las Galaxias tuvo un antes y un después en 2006, cuando se alistó a la denominada ‘Spanish Garrison’ de la Legión 501, una organización sin ánimo de lucro de carácter mundial, surgida en Estados Unidos en 1997, que promueve la imagen de la saga a través de la caracterización de sus miembros como personajes de la misma. Sus actos son siempre de carácter benéfico, y todo lo que recaudan va destinado a obras sociales.

Y puestos a caracterizarse, como traje, sin duda, la estrella de la saga es el soldado del asalto. Su armadura de un blanco impoluto compite en protagonismo con el mismísimo Darth Vader. Por eso Javier no dudó a la hora de elegir su papel en la 501; aunque confiesa que su personaje favorito de la saga es el cazarrecompensas Boba Fett.

Se compró el traje a medida a través de la web a una empresa inglesa. Le costó unos mil euros. Es lo normal en un soldado de asalto. Javier explica que él tuvo suerte. Se enroló en la 501 cuando ya había una estructura mundial, aunque sabe de compañeros más veteranos que se lanzaron en tiempos del vídeo VHS a congelar la imagen en la televisión para construirse su propio traje.

Ahora, la Spanish Garrison cuenta con 200 miembros, en su mayoría de Madrid. La provincia de Toledo solo tiene a Javier enrolado, pero en el mundo superan los diez mil.

Con todo, Toledo marcó un antes y un después para la 501 en España. Hace 5 años, el 24 de diciembre de 2010, eligieron la Ciudad Imperial para celebrar el primero de sus ‘Training Day’. Se trata del día de maniobras para la 501, que selecciona una ciudad cada año para desfilar por sus calles. Toledo, por su vinculación con el Imperio (aunque no Galáctico) se llevó el gato al agua en la primera edición, y ya van cinco.

Desfilar por las calles y promocionar el universo de Star Wars es el objetivo de la 501, pero sin duda la mejor labor que realizan son las visitas a hospitales, principalmente a las unidades de oncología infantil. «Es muy bonito y muy duro a la vez», explica Javier. «Hay veces que ellos están flipando y tú dentro del casco no puedes evitar llorar. Ese rato en el que ves que se han olvidado de sus males no tiene precio».

Y es que, ver a un soldado de asalto equipado al completo nunca deja indiferente nadie. Ayer, por las calles del Casco histórico, tratando de hacer lo que cualquier ciudadano normal, desde sacar dinero en un cajero a tomarse tranquilamente un café, todos, grandes y pequeños, no podían dejar escapar una admiración al ver a TK3768.

La pregunta más repetida: «¿Puedo hacerme una foto?». Javier no duda ni un segundo, «por supuesto». Sabe que es parte de su labor como soldado de asalto imperial y no quiere que nadie se quede sin la ilusión de poder estar por un segundo con una parte real del fantástico mundo de Star Wars.

En las películas, los soldados de asalto servían como recordatorio del poder del Emperador y el Lado Oscuro de la Fuerza. Un cuerpo de élite que sometía a los sistemas estelares bajo el yugo del miedo. En el mundo real son gente como Javier, personas que nos recuerdan que se puede disfrutar de la vida haciendo realidad tus fantasías y, de paso, arrancar una sonrisa. Élite al fin y al cabo.