Iván pasea su mascota por las vacías calles del barrio de Santa Bárbara. Ata al animal a la barandilla del Centro de Salud y sale a los dos minutos. Iba a recoger un parte de baja de su esposa. «Siempre hay gente que se salta la cuarentena, pero se ve bastante inhóspito», dice este trabajador de la limpieza mientras echa gel desinfectante a los guantes.

El Centro de Salud está aparentemente vacío. Pero cualquier paciente se demorará unos segundos en leer los seis carteles de la puerta de entrada, casi todos disuasorios ante la alerta sanitaria. «Solo se atenderán urgencias» o «Los sábados no habráconsultas de urgencias» son algunos de los mensajes en un barrio de Santa Bárbara que está totalmente aletargado por las tardes.

Feisal mantiene la frutería ‘La boutiq’ abierta por las tardes, a apenas 100 metros del Centro de Salud. «Vendo más naranjas y kiwis», afirma este paquistaní, quien lo atribuye al interés de la clientela por la vitamina C en unos tiempos en que todos, jóvenes y viejos, están más pendiente que nunca de los síntomas de su cuerpo. También ha advertido este frutero que la gente carga con compras de hasta 20 o 30 euros, el doble e incluso el triple que en los días corrientes previos al 14 de marzo.

Relativamente cerca de la frutería de Feisal, la parroquia de Santa Bárbara ha facilitado un mensaje en una puerta  que conjuga la fe y la realidad: «Ponemos nuestra confianza en Dios, pero también en el sentido de responsabilidad de todas las personas».

Un sentido de la responsabilidad evidente por la colección de calles vacías en el barrio, solo desbaratadas por las colas en los supermercados, una imagen extraordinaria convertida ya casi en anodina desde el decreto del Estado de Alarma.

Y frente a la estación de tren, una de las farmacias del barrio. ‘La Estación’ presenta en el escaparate un cartel animador de unión contra el virus, pero dentro hay quejas por el abandono del Ministerio de Sanidad, que no ha dado elementos de protección a los farmacéuticos. Como muchas de la provincia, ha tenido que incorporar mamparas de protección en el mostrador.